NEURO ARQUITECTURA

19 enero 2025 9:30 pm

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José A. Soto

La función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre. Luis Barragán.

Nada de lo que a continuación se describe está alejado del propósito fundacional de la arquitectura bien realizada. El auge de esta moda es resultado de la especialización del lenguaje casi siempre como argumento de venta, ya sea de los arquitectos o de constructores que presuntamente están innovando en la medida que involucran estos “nuevos” conceptos.

La neuro arquitectura es un campo interdisciplinario que estudia la relación entre el entorno construido y el cerebro humano, enfocándose en cómo los espacios afectan nuestras emociones, comportamientos y bienestar cognitivo. Esta disciplina integra principios de la neurociencia con el diseño arquitectónico, buscando crear ambientes que mejoren la calidad de vida de las personas a través del entendimiento de cómo responden psicológicamente a los diferentes elementos del espacio.

La luz natural ha demostrado tener un impacto positivo en el bienestar emocional y en la regulación de los ritmos circadianos (procesos biológicos internos de nuestro organismo que se repiten con una cadencia temporal de unas 24 horas), mientras que el uso adecuado de colores puede evocar sentimientos específicos, como la calma o la energía. Del mismo modo, la distribución de los espacios puede generar sensaciones de apertura y confort, o de confinamiento y estrés.

La neuro arquitectura aporta un valor significativo en la medida que se centre en cómo los entornos construidos influyen en su bienestar psicológico, emocional y cognitivo. Este enfoque va más allá de la simple funcionalidad o estética de los espacios, ya que busca optimizar la experiencia humana a través de un diseño consciente que considera las reacciones del cerebro y las emociones de los usuarios.

Algunos de los principales beneficios que la neuro arquitectura ofrece son: Mejora del bienestar emocional, aumento de la productividad y la creatividad, estímulo de la conexión social, fomento de la salud física, mejor adaptación a las necesidades individuales.

En conclusión, esta práctica invita a los arquitectos y constructores a pensar más allá de la forma y la función, involucrando los aspectos psicológicos y emocionales en la creación de espacios que realmente impacten positivamente en los seres vivos que los habitan.

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