La posesión de Nicolás Maduro se convirtió en el motivo para que la extrema derecha nacional e internacional y sus medios de comunicación ideologizados, intensificaran la conspiración contra el gobierno del país hermano, al que califican de dictadura.
A quienes se autoproclaman demócratas, defensores de la institucionalidad, los derechos humanos y las libertades; hay que recordarles que ningún país tiene el derecho a exigir a otro la presentación de las actas electorales para validar los resultados, ni para determinar quién fue el ganador, como pretenden hacerlo con Venezuela. Eso nunca ha ocurrido. Nadie le exigió al gobierno de los Estados Unidos mostrar las actas electorales cuando le hicieron fraude a Al Gore en las elecciones presidenciales del 2.000. Los únicos organismos competentes en Venezuela para entregar y validar los resultados de las elecciones son el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia.
Saben que los Estados deben cumplir los convenios y acuerdos suscritos en la ONU y la OEA, sobre el respeto a la soberanía de las naciones, la libre autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de otro país. Por lo tanto, los problemas de Venezuela los resuelven los venezolanos.
Con enorme hipocresía, cinismo y perversidad, los que aquí hicieron alianzas ilegales con narcotraficantes y paramilitares y gracias a sus dineros ilícitos y al constreñimiento electoral fueron elegidos. Los que en el ejercicio del poder utilizaron la represión y el terrorismo de Estado, violando los derechos humanos de miles de colombianos con ejecuciones extrajudiciales, interceptaciones ilícitas de comunicaciones, persiguieron a las cortes y a los opositores y promovieron el desplazamiento de más de 6 millones de campesinos y el despojo de sus tierras; delitos por los que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Colombia en varias oportunidades. Son los que sin autoridad moral le quieren dar lecciones al gobierno venezolano, al descalificarlo por sus supuestas relaciones con narcotraficantes y paramilitares.
Convirtieron a la burguesa María Corina Machado sin ningún mérito, en heroína y la mujer del año en Latinoamérica. Promovieron la movilización de todo el pueblo venezolano y la rebelión de las Fuerzas Armadas para derrocar al presidente Nicolás Maduro. Ante el estruendoso fracaso de una reducida movilización sin ningún acto de represión, ni de violencia; recurrieron a la mentira de un supuesto secuestro de María Corina, sin presentar ninguna prueba, video, fotos o audio. Lo que desmintió el gobierno categóricamente, afirmando que no le darían ese gusto de convertirla en mártir. La declaración y contradicción de María Corina diciendo que le dijeron que se fuera, pero que le tomó varias horas alejarse del lugar, demuestran la falsedad de ese supuesto secuestro.
Si ganaron las elecciones porque no entregaron con testigos las actas electorales a los organismos electorales de Venezuela? Porque no salieron a las calles a protestar los más de 7.4 millones de personas que supuestamente votaron por Edmundo González?
Con la posesión de Maduro como presidente para un nuevo periodo de 6 años, se exacerbó el odio y el sectarismo de la extrema derecha. El fascista Álvaro Uribe expresidiario y jefe del narcoparamilitarismo colombiano; que no está condenado y detenido por la corrupción de la justicia, y sus títeres Iván Duque y Andrés Pastrana todos lacayos del imperio norteamericano, proponen irresponsable y antidemocráticamente una intervención militar internacional para provocar un baño de sangre y deponer al presidente venezolano, posesionando a un títere que cumpla ordenes de los Estados Unidos. Como ya lo hicieron con Guaidó y como quieren hacer con Edmundo González quien fue durante muchos años oficial ejecutivo de la CIA Central de Inteligencia de los Estados Unidos.
Con esta insensata propuesta los fanáticos seguidores del delincuente condenado Donald Trump que si no hubiera ganado las elecciones estaría en la cárcel, como dijo el fiscal general de ese país; lo están impulsando a invadir a Venezuela y regresar a la época de terror del imperialismo yanqui, cuando promovió intervenciones militares y golpes de Estado para derrocar a presidentes legítimamente elegidos en Guatemala 1954, Brasil 1954, Republica Dominicana 1963 y Chile 1973.
Otros más moderados aspiran a que arrecie el bloqueo económico, financiero y comercial que solo afecta al pueblo venezolano. Los que dicen hipócritamente defender a los venezolanos, saben que ambas propuestas, solo llevan muerte, hambre, miseria y desempleo para los venezolanos.
La extrema derecha solo acepta los resultados electorales si le son favorables. Si pierden aseguran sin pruebas que hubo fraude. Eso afirmó María Corina antes de las elecciones. O incitan golpes de Estado para desconocer los resultados, como hicieron con Hugo Chávez en el 2002 o invitan a la toma del Capitolio de los Estados Unidos como hizo Donald Trump, en el 2021, y la toma del Congreso de Brasil como hizo Bolsonaro en el 2023.
Si quieren elecciones libres y garantistas soliciten que Estados Unidos levante el criminal bloqueo y embargo económico. No hay dictaduras buenas, todas son malas, las de derecha y las de izquierda. Pero el fantasma del “comunismo” solo los mueve a tumbar las de izquierda. Por qué no presionan para derrocar las dictaduras de derecha en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Turquía, Egipto, El Salvador, etc.?