ESTE VIENTO DE SOMBRAS EN EL FESTÍN
Carlos Alberto Agudelo Arcila
Poesía en prosa
Volumen 1
Seusba Editorial
Calarcá, marzo 2024
Carátula de Ora Tamir
138 págs.
“Nadie quiere hablar de los intrusos. Llegan y se van sin dejarse ver. No son fantasmas. No son espíritus malignos. No obstante los intrusos existen aunque nadie lo quiera comprobar”. Cuando en Colombia se documente la historia de la poesía surrealista y de los poetas que, siguiendo técnicas literarias de Breton para «convertir las contradicciones de los sueños y la realidad en una realidad absoluta, una super realidad», con su poesía y prosa contribuyeron a la difusión de tan universal lenguaje poético, el escritor calarqueño Agudelo Arcila, por virtudes propias, por la imaginativa y soñadora fuerza de una amplia obra consolidada en los temas e imágenes de centenares de sus poemas en verso y prosa, ocupará lugar relevante entre sus más destacados representantes. Junto a escritores como Santiago Mutis, John Sosa, Raúl Henao, Carlos Bedoya, Óscar González y Luis Fernando Cuartas. En este reciente libro de Carlos Alberto, primero de cinco volúmenes semejantes donde reúne su producción surrealista en prosa de 2020 hasta la fecha, el calarqueño se aleja de poemas en verso que caracterizan su trayectoria literaria, para revelarnos -transparentándose a sí mismo- mediante alucinante sintaxis de musicales repeticiones, los coloridos enfoques de la vigilia y del ensueño, de su imaginación desbordándosele a partir de cualquier componente rutinario con el que tropieza. O desde el símil de cualquier poema que haya leído.
Con estos versos en prosa, construye una de las obras más representativas e inusuales del surrealismo colombiano. Se inscribe, por su insólita estética lingüística, por su gramática y la perspectiva denotativa sintagmática de la imaginación, donde palabras, conceptos y lenguaje se exaltan con todo su poder de sugerencias, representaciones, contrastes y desfiles de seres combinándose en fantásticas pinturas poéticas, en textos minuciosos del surrealismo latinoamericano. Obra de indiscutible madurez literaria y poética. Escrita con conciencia de su arte y con disciplinas cada vez más rigurosas de las cuales he sido testigo. Carlos Alberto tiene preparada para publicar una desconcertante novela surreal: Martes de nunca llegar, donde las palabras son protagonistas de la narración, en la cual trabaja desde 2010. Acertado el poeta Daniel Moreno cuando expresa sobre este libro: “El surrealismo se pasea por aquí con pleno derecho de identidad, no solo porque Breton y otros nombres propios brillen constantemente en los poemas, sino porque el espíritu de exploración de lo que hay detrás, el dejarse llevar por las palabras y los juegos de su música interna…”. Cuando conocí, lustros atrás, tan singular forma poética de la prosa de Agudelo, le encontré semejanzas con el libro de Pablo Picasso, Poemas en prosa. Basta leer el poema “cielo cielo cielo cielo cielo violeta…”, del citado cubista,paravalorar con más razones este trabajo del quindiano quien nunca quiso mirarlo ni mucho menos leerlo. Cualquiera hallaría pinceladas equivalentes. “Gatos de porcelana se diluyen en el grito de los enamorados”.
NOTICIAS DE GAZA
Carlos Alberto Castrillón.
Haikus
Frailejón Editores, Medellín, 2017
Pilar Villegas L: Encuadernación japonesa artesanal
Ilustraciones de Susana Benet
Edición de 500 ejemplares firmados por el autor, numerados y encuadernados a mano
76 páginas
“Una jornada espantosa, /decenas de civiles muertos/y mi canario”. Es el epígrafe que Carlos Alberto enfatiza como introducción de los 26 haikus que componen este hermoso y sucinto libro. Todos, uno por hoja, en impecable edición, comenzando su primer verso con letras minúsculas y sin puntuación; tampoco ceñido a la tradicional métrica silábica japonesa, notable aporte formal heterodoxo del poeta quindiano a la evolución del haiku en occidente. Un haiku del poeta de origen libanés que vino a vivir a Colombia y aquí falleció, amigo del escritor quindiano al cual este admiraba y cuya influencia en la temática de esta breve serie de haikus es directa. Pertinente secuela estética de sus numerosos estudios y traducciones sobre tal forma poética nipona. Carlos los escribió para participar en una convocatoria que por aquellos años hice con la intención de conformar una antología de poetas quindianos escribiendo, con una posición ideológica definida, sobre el tema palestino. Noticias de Gaza, el título, dice todo con haikus como este: “el niño llora/acompasado/con las alarmas”.
Con la contundente brevedad crítica de estos haikus, y una fúnebre pero fina y humanística diatriba poética que no entra en referencias escabrosas de dolor y sangre, Carlos Alberto retrata con un tono cercano al de Santoka, el paisaje urbano de destrozos y asesinatos, de agresiones continuas y crueles del sionismo israelí contra el pueblo palestino. Contra sus niños, cinco haikus los tienen como protagonistas; contra sus ancianos, dos haikus; contra sus animales, cinco haikus, todos ellos de refinada y pulida síntesis señalan y denuncian mediante los tres versos característicos del haiku, las agresiones sionistas israelíes contra Palestina y sus habitantes. Este libro, de alta significación estética para la historia del haiku colombiano, adquiere dolorosa actualidad. Quién sabe cómo habría continuado, Castrillón, esta serie de denuncia literaria si hubiese asistido al desenfrenado genocidio que, hoy por hoy, sufren los palestinos en Gaza, y cuyos poemas escritos ocho años atrás pueden ubicarse por sus temas en la escuela, ya extinguida, del haiku contracorriente o Shinkoo haiku, fundada por Mizuhara Shuuooshi. Y a la cual pertenecieron Yamaguchi Seishi, Hino Soojoo y Saitoo Sanki, componiendo haikus bajo una nueva concepción y sentido, haikus sin kigo, nihilistas y en particular contra la guerra y contra cuantos la promovían. “bajo las ruinas/ un oso de peluche/ intacto”.
CUENTO CONTIGO
Carlos Alberto Villegas Uribe
Cuentos
Biblioteca de autores quindianos
Armenia 2014
Edición al cuidado de Ángel Castaño Guzmán
Impresión Centro de Publicaciones de la universidad del Quindío
146 págs.
“Piensa, piensa, piensa, diría Jimy Neutrón, y estaría inventando una máquina para controlar el desorden”. Dentro de los narradores quindianos, no muchos, que más han experimentado de manera intertextual y plurilingüística, con ingeniosos recursos propios o emergidos de la gran literatura universal; a través de la novela y el cuento brevísimo o extenso, el lenguaje narrativo con las posibilidades semióticas de sus plásticas formas, posibilidades de ficción, usos, vuelcos, revuelcos y transformaciones de las palabras y sentidos de las frases, con extraordinaria capacidad literaria, Carlos Alberto Villegas fue insuperable. Por ejemplo, sus cálculos cuantitativos y planteamientos, las ideas que desarrolló, y muchas de ellas siguen inéditas, sobre la creación literaria que su alter ego Nina Frontino dio a conocer a su otro alter ego Akiito Meisuke, llamada Mibonachi. Tardes de mibonachis contiene una desarrollada muestra de tales experimentos. Académico creativo. Buceador del idioma. Gran lector.
Su obra asimilaba todo esto transformándolo en estilo propio, con temas donde lo municipal de su pueblo, Calarcá, y lo foráneo, cualquier otro país real o pueblos y regiones de ficción por donde transitan tantos personajes reales o inventados, hacen de este libro un erudito sumario de presencias y retratos con audacias narrativas válidas en nuestra región o cualquier otro lugar del mundo. En este libro, de manera directa se mencionan cuatro escritores calarqueños: Baudilio Montoya, Luis Vidales, Elías Mejía y Umberto Senegal. El excelente prólogo lo escribió la profesora española María Elena Gómez Sánchez, quien conoció con detalles la obra de Carlos Alberto: “…me incluía entre los destinatarios de correos electrónicos en los que nos hacía saber de sus avances, de sus incursiones literarias, de textos -unos aparentemente más sencillos, otros descaradamente endiablados- en los que daba rienda suelta (¿o solo aparentemente suelta?) a historias realistas, surrealistas, oníricas, despiertas, extensas o de tan solo unas pocas líneas”.
Fue uno de los escritores quindianos con más habilidades para encubrir, y elogiar o criticar con ironía o admiración desde sus personajes, a decenas de amigos o antagonistas suyos con nombres propios o figurados o facilitándonos algunas claves. Dos de ellos siguen vivos. Una mujer y un hombre que Villegas Uribe describe, señalando y satirizando de manera sutil por entre párrafos sus repulsivas y conflictivas personalidades, sus reconocidas mezquindades humanas y literarias en el contorno literario quindiano. En Noticias de Grecia, uno de los cuentos extensos de este libro, hay varios personajes de nuestra comarca narrativa quienes, probablemente, nunca se descubrieron en estas páginas porque no leyeron el libro. Carlos Villegas retrató nuestro pueblo y nuestra región a través de sus protagonistas forjando un mosaico amplio de la sociedad quindiana, colombiana y latinoamericana en sus aspectos literarios. Por eso el título del libro, donde confía, en esta época de pésimos lectores, de libros que agonizan, de escritores muertos en vida, contar con nosotros si por algún motivo este libro llega a nuestros ojos. Villegas Uribe falleció sin alcanzar a ver su prólogo Mibonachi en mi libro de microrrelatos Sonatas para vampiros, que se publicará este año. “¿Cuándo verán la luz esos vampiros?”, me preguntaba desde su cama, cada vez que yo le visitaba en su residencia de Dosquebradas. “Hay tanta sonoridad y tanta saudade en su lenguaje como en una caracola marina, dijo con sentimiento insondable”.
LA SOMBRA DEL LÍMITE
Carlos Alberto Valencia Orozco
Poesía
Ediciones Kanora
Septiembre de 2023
Carátula del pintor quindiano Óscar Herrera
Prólogo de la escritora cubana Ilda Baoth
94 págs.
“Ahora que el olvido es/ y ha entrado en razón/ mi memoria”. Me identifico por completo con cuanto, de este libro, un poco hermético en sus imágenes, del poeta quindiano Valencia Orozco afirma en su prólogo la escritora cubana por muchos años residente en una pequeña e idílica finca cordillerana del Calarcá, y la cual en julio de 2024 regresó a su isla natal, Ilda de Juárez, -ya puedo mencionarlo-, a quien nunca le agradó utilizar el “de”, que su alcohólico esposo le demandaba continuo: “Rendirse es confesarse. Y para confesarse, Carlos Alberto emplea versos que son directos o que cabalgan sobre las representaciones de su mundo, de lo cotidiano en su vida familiar y laboral, en sus lecturas, apetencias y desconfianzas, sobre ese orden lacaniano relacionado con la imagen y su poder cautivante”. Toda la obra literaria de Carlos Alberto, sus cuatro libros, para quienes le hayan seguido en el progreso de su pensamiento poético, debe leerse y comprenderse, interpretarse y degustarse caminando reflexivos por laberínticos pasillos de la psiquiatría y del psicoanálisis. En particular, como en su prólogo a este libro bien señala Baoth -distinguida lectora isleña oriunda de Camagüey-, teniendo presentes algunos elementos propios de la analítica lacaniana que combina elementos de la filosofía y la lingüística estructural del psiquiatra francés quien se relacionó en su vida intelectual parisina con los surrealistas André Breton y Salvador Dalí, y cuya influencia en el pensamiento e ideas literarias y poéticas de Valencia Orozco, saturan de novedosas significaciones su poesía.
Encontramos un provocador componente literario en este libro, despuntando además otras particularidades literarias de la escritura como interesante incentivo para leer la nueva producción poética del quindiano: su reincidente, sistémico y total descarte de signos de puntuación. Para el Quindío y el sistémico estudio del desarrollo de la poesía regional, este nuevo libro de Valencia Orozco, quien ya experimentó igual procedimiento antipuntuación en su libro Luz en el páramo, aporta nuevas formas de lectura y heterodoxos elementos literarios y estéticos al género en nuestra provincia. Estos poemas, cuyas fisonomías existenciales brotan del mundo subjetivo enlazándose con el universo individual, familiar y social, político y filosófico que el poeta transforma en palabras y versos justos de psicológica belleza, tal vez no serán de fácil lectura para quienes están acostumbrados a estilos clásicos de versificar. “En una noche/Preñada de Porfirio/ Cientos de metáforas/ Cortejan la marcha/De un bosque/ Cargado de dolientes”.