Un trabajo de equipo donde cuenta hasta el más mínimo detalle, en eso se puede resumir el armado cada año del pesebre en el Colegio Campestre, en Armenia. Una cita que se cumple desde el año 2015, cuando se lo compraron a la señora Lucía Montoya Uribe, una apasionada y amante de esta tradición, y que por años se ha dedicado a diseñarlos de forma meticulosa y con mucho rigor.
Este pesebre que hay en el colegio es solo uno de los muchos que esta mujer ha diseñado y construido. Las figuras que lo componen y que están a escala, fueron importadas desde Italia y las edificaciones están elaboradas de materiales que dan el aspecto similar a como si fueran en tamaño real.
Pastores, unas 300 ovejas, herreros, panaderos, magos, ganado, caballos, una carpa con Beduinos y soldados Romanos, son algunas de las figuras que se encuentran en lo que parece un pueblo real, con colinas, pequeños valles, calles, puentes y una cascada con agua de verdad que bordea el lugar y cuyo sonido se hace relajante a quien se detenga a observar la belleza del pesebre, así como su armonía y equilibrio.
Cuenta doña Cielo Martínez Niño, cofundadora del Colegio Campestre, que la primera vez que llegaron desde La ceja, Antioquia, todas las partes del pesebre, se demoraron poco más de una semana en lograr armarlo. Ya con los nueve años de práctica en la cita anual de diciembre, tardan unos tres días y siempre le encuentran nuevos diseños, lo que lo hace irrepetible.
Sobre las novenas de aguinaldo que comienzan este 16 de diciembre y otros detalles que componen esta obra de miniaturas navideñas, doña Cielo Martínez nos cuenta más en el siguiente video: