El reconocido periodista deportivo Javier Hernández Bonnet publica el libro titulado Lo jugué, lo soñé y lo gané, en el que hace un breve recuento de momentos del fútbol que marcaron su carrera y hacen parte de la historia deportivo del país en los últimos 40 años. Para algunos son historias que ya se conocían, pero en esta ocasión tienen un enfoque revelador, pues se escriben desde otro punto de vista de alguien que estuvo ahí o con la información de primera mano, lo que le da autoridad y credibilidad a cada relato.
Les compartimos algunos apartes de este libro que resulta importante para quienes quieren saber más allá de fútbol y son las historias antes y después del encuentro en la cancha.
Fragmentos:
Julio de 1992, aeropuerto de Rionegro, René Higuita golpea a César Augusto Londoño: “Puedo asegurar que ese puñetazo pudo haberle salvado la vida a César Augusto, porque de alguna manera atenuó la sed de venganza de algunos círculos de sicarios que rodeaban a Pablo Escobar y habrían sentenciado a muerte al comentarista por criticar al portero, su ídolo. No tengo cómo probarlo, pero las circunstancias que rodearon lo sucedido me llevan a pensar, con cierto grado de certeza, que, de no encontrarse por coincidencia en el terminal aéreo con Higuita, la historia de César Augusto podría haber sido bien distinta y podríamos estar hablando de una tragedia”.
Primero de febrero de 2004, partido homenaje de despedida al Pibe Valderrama: “En el camino siempre quedan piedras y en una inesperada decisión quedamos nuevamente contra las cuerdas cuando el Instituto de Recreación y Deporte de Barranquilla anunció de un momento a otro que no prestaría el estadio porque los organizadores no habían cumplido a tiempo todos los requisitos. Increíble, pero sucedió: enterado, el confeso paramilitar Diego Tovar, Jorge 40, hizo valer su poder y sus amigos políticos en la ciudad consiguieron que se levantara el último obstáculo para la fascinante fiesta”.
Julio de 1994, historia no contada del mundial de fútbol en EE.UU: “Se determinó que cuando hubiese llamadas especiales yo iría a tramitarlas. Así sucedió con una llamada desde la Casa de Nariño porque el presidente César Gaviria quería conversar un momento con el capitán del equipo, el Pibe Valderrama. Fui a la habitación del jugador y cuando me dijeron que el mandatario estaba listo toqué a la puerta y él abrió.
—¿Qué necesita?
—Es para que recibás una llamada del presidente Gaviria.
—Yo no vine aquí a hablar con ningún presidente. Y pum, me tiró la puerta en la cara. Me puse muy verraco por la grosería, pero entendí que el Pibe estaba fuera de circulación”.
Estas son solo algunas líneas que se encuentran en este, el tercer libro escrito por Javier Hernández Bonnet. Lo jugué, lo soñé y lo gané es publicado por El Grupo Editorial Planeta.