. La cena la ofrecen las fundaciones Providencia 2000, Huahuacuna y Geros
Desde que llegó al Quindío en 1978 procedente de su natal Italia – hace 46 años – el sacerdote Agostino Abate lo único que ha venido dejando en este departamento, es una profunda e imborrable huella. Desde Pijao, a donde arribó inicialmente, donde los niños lo invitaban a jugar pelota a la Plaza Bolívar para que los policías no los molestaran, pasando por la “ciudad milagro” en la que fundó la Parroquia La Milagrosa e impulsó la creación de ese barrio.
Siguió luego en Montenegro, población en la que hizo nacer la Parroquia Nuestra Señora de la Soledad; enrutándose más tarde a la Universidad del Quindío, en la cual no sólo fue capellán y docente, sino el fundador de la Parroquia Universitaria de Pentecostés. Posteriormente asumió como rector del Seminario Mayor Juan Pablo II, y tras su cierre, se puso al frente de los destinos de la Parroquia Santo Tomás del corregimiento La India de Filandia.
Un líder espiritual y un trabajador social incansable que, con su mística, entrega dedicación, rectitud y honestidad, halló en ese camino – de ayudar a los más necesitados – a personas naturales y jurídicas que vieron en él, a una persona de entera confianza, a la cual han venido apoyando en sus nobles y humanitarias causas.
“En los 24 años de existencia de la Fundación Providencia 2000, ¿cuántas hambres ha calmado – gracias al restaurante – a centenares y quizás miles de estudiantes pobres que escasamente tienen para los pasajes?”, comentó un docente de la Universidad del Quindío, quien recordó a su gran aliado en este propósito, como presidente de la junta directiva, el exvicerrector académico (ya jubilado), Marco Aurelio Aristizábal Osorio.
¿Quién podría desconocer igualmente todo el bien que ha sembrado a lo largo de 20 años de existencia de la Fundación Huahuacuna, creada para “tenderle una mano amiga” a muchos niños, niñas y adolescentes de sectores marginados? Comentó una de sus colaboradoras. La presidenta y representante legal es la licenciada en español y literatura, Mayra Alejandra López Osario.
Y, por último, la Fundación Geros, con 18 años de vida jurídica, que le ha brindado techo, alimentación y atención dignas, a un grupo de adultos mayores en situación de vulnerabilidad. La dirección está a cargo de la gerontóloga Ángela Patricia Menza Astudillo.
Por eso, las tres fundaciones, en cabeza del presbítero Agostino Abate, en reconocimiento a esos generosos y fieles benefactores, ofrecerá este viernes 29 de noviembre a las 7:00 de la noche, una cena de acción de gracias en el restaurante estudiantil de la Universidad del Quindío.