Más allá del exdirector de la UNGRD Olmedo López y su cuadrilla de criminales que defraudaron las arcas de la nación explotando la figura de la Emergencia, la persona que más ha desprestigiado al gobierno del presidente Gustavo Petro es Armando Benedetti. Este hombre ya tenía graves antecedentes para ser nombrado embajador en Venezuela, como la investigación que se le seguía por enriquecimiento ilícito por más de $3.000 millones de pesos y, sin embargo, cayó parado en Caracas.
Además, se le cuestionaba por ser un consumidor de cocaína y golpear a su pareja sentimental. Es la vida personal, no se meta con eso, dirán muchos. Pero la vida personal de un político se refleja en la vida colectiva de un país. Y, luego vino el escándalo del maletín con Laura Sarabia, la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, y las amenazas de Benedetti que quedaron en varios audios que reveló en su momento la revista Semana.
En esos audios, Benedetti amenaza a Sarabia y a través de ella al presidente Petro de ‘contar toda la verdad sobre la financiación de la campaña presidencial’. “Yo hice más de 100 reuniones y conseguí $15.000 millones de pesos, sin lo cual no habríamos ganado las elecciones”, dice uno de esos audios. Benedetti amenaza una y otra vez con ‘soltar la lengua’ de todo lo que conoce del presidente Petro. Y entonces, sale de la embajada en Caracas y lo nombran como embajador en la FAO, con privilegios que pocos diplomáticos tienen, con un salario de $75 millones al mes y $10 millones de gastos de representación, más carro de lujo y apartamento en Roma.
Pero no se aguantó fuera del país, y regresó, para estar al lado del presidente que, según dijo el propio Benedetti, lo nombrará asesor político del Gobierno Nacional, como si para ese cargo no estuviera el ministro de Interior y de Gobierno. Claro, hay que darle un cargo, y bueno, porque, de lo contrario, ‘suelta la lengua’.
Lo que los colombianos se preguntan es: ¿Cuál es el guardado que Benedetti le tiene a Petro? Muchos piensan que aquello de los años en la guerrilla, su incorporación a la vida civil, sus peleas con sus compañeros del M-19 como se ha hecho evidente, su amistad con el presidente Maduro de Venezuela y todo aquello del peligroso encuadre subversivo, es lo de menos. Incluso, lo que dicen los audios con Laura Sarabia, lo de los $15.000 millones, tampoco es lo grave. Y ¿Entonces cuál es el guardado de Benedetti que tiene al presidente en sus manos, ahorcado?
Seguramente que esos ‘secretos’, ese ‘guardado’, jamás lo conocerá el país, por lo menos mientras las dos personas estén vivas, porque cada uno debe tener un juramento de fidelidad, ‘hasta que la muerte nos separe’. De manera que Benedetti se mantendrá en el Gobierno de Petro, seguramente haciendo malabares de corrupción y terminando de desprestigiar al ‘Gobierno del Cambio’.
Es muy lamentable que un Gobierno que la mayoría de los colombianos eligió con esperanza de transformar muchos de los vicios y las prácticas perniciosas de la corrupción y la politiquería, termine peor que los anteriores, dejando una esquela de desazón y decepción, confirmada ahora por el nombramiento en el ejecutivo nacional del más pernicioso, peligroso y corrompido personaje de la política nacional en los últimos años, el señor Armando Benedetti.