Solidaridad urbana de antaño

Un texto de Gloria Ismenia Suárez Navarrete, integrante del Taller Literario Cafe & Letras Renata" y que hace parte del libro Cuadernos de Renata, Antología 2006-2007
Woman's hands writing on a vintage typewriter. Young woman writer at home, work on typewriter.
17 noviembre 2024 9:50 pm

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Son las 8 de una lluviosa noche de sábado, hora en que papá entra a casa luego de compartir con los compadres  la tomata de pola en la tienda del  barrio. Él está un poco mareado por las cervezas. Con euforia pone al  corriente  a mi mamá de los últimos acontecimientos del barrio.

–Como te parece, mija, que a Villarraga se le casa el hijo mayor con la hija de Pinilla Por fin van a salir de la encopetada de Rita, ya era hora–

Se dirigen a la cocina.  Mamá pone el plato de sopa caliente en el comedor  y le dice a papá que las niñas ya comieron y se fueron a dormir. –recuerde mijo que mañana, vamos temprano a misa–

En ese momento se oyen unos  improperios  lanzados por la hermana media de mi papá. Hubo un corte de energía en el momento que la muchacha pasa por el corredor,  frente a la cocina se ha tropezado con el tapete de costal que mamá pone a la entrada. Papá  se levanta de la mesa, va rápidamente y le dice a la hermana  –respete esta es mi casa y usted no tiene que decir groserías  por un simple tropezón–

–Pues  hermano venga y me pega “ya,” que miedo–  La respuesta de la muchacha es un plan preconcebido: dos  días  antes  había llegado a la casa un hombre que no conocíamos. Era un enamorado de Gladis, así se llama la media hermana.  El plan era  matar a papá por que es el único  heredero de esta gran casa.

La parte delantera de la casa, está  habitada por nosotros. En el medio viven  la madrastra de papá, Gladis y otras personas que, en ese momento, no se encuentran.

Gladis llama a su mamá, ésta no aparece. Vemos con sorpresa que, en vez de ella, sale el hombre desconocido con un machete en la mano. Todos estamos fuera de la cocina. Le grito a mi  mamá para que mire al hombre armado. Ella lo observa y también grita:- ¡estos infames nos van a matar!-        trata de correr hacia mi papá, quien con su carácter frentero ya estaba encarando al hombre,  pero Gladis, la agrede con un empujón. Mamá cae de espalda y con una llave exterior del agua, se golpea el coxis. Siente que se ha fracturado.

Mientras tanto yo observaba con angustia que el hombre le lanza un machetazo a mi papá. Éste lo logra esquivar, pero por el piso mojado, se resbala y cae. El hombre le envía  un nuevo machetazo y mi padre se escuda con el brazo izquierdo. El filo le hace un corte largo y profundo en el dedo pulgar.  Sangra abundante y esto me produce pánico.

Rápidamente salgo por el corredor y llego a la puerta que da a la calle. Abro y comienzo a gritar de manera desesperada.  – ¡Don Marcos!, ¡Don Pinilla!, — Están matando a mis papás—

Los compadres dejan todo y corren hacia la casa. Entre tanto, alguien llama a la policía. Varios vecinos entran. Ven a mi mamá en el piso, varias señoras  tratan de levantarla, pero ella se queja de manera terrible.  En ese momento, por la llegada y el bullicio de todos,  los agresores corren hacia el solar de la casa. Gladis se encerró en su cuarto y el tipo se escapa por los muros posteriores  hacia otros patios.      

Mi mamá angustiada suplica que le cierren con candado el cuarto de las niñas. Temía que les hicieran daño. Mientras tanto, afuera, la esposa de Pinilla me tiene sujetada del brazo y me dice:

–No te angusties, quédate tranquila, todos vamos a ayudar a tus papás.

 No le hice caso y me desprendí de su mano con fuerza. Entro a mi casa  corro hacia la puerta del cuarto de las niñas, entretanto, a papá los vecinos  lo han sacado a la calle, llega la patrulla con tres policías, rondan la casa pero el agresor no aparece, se llevan a mi papá herido. Gladis no quiso salir de su cuarto. Al rato vuelve la luz, las vecinas logran acomodar a mamá en el cuarto y tratan de tranquilizarla porque repite y repite en medio de sollozos –dónde están mi esposo y mi niña –

Han transcurrido aproximadamente cuatro horas, varios vecinos están con nosotros, volvemos a la calle, regresa la patrulla y traen a papá con el brazo vendado y en cabestrillo, en ese momento sentí mucha calma.

Pienso que mis padres se salvaron gracias a la solidaridad del vecindario que nos conocía de toda la vida, con su pronta ayuda evitaron una tragedia.

El barrio, por quedar cerca al centro de Bogotá ha cambiado mucho con el transcurrir del tiempo, de aquellas grandes casas quedan muy pocas, por no decir ninguna, hoy son modernos edificios. La mayoría  de los vecinos han muerto, sus hijos o herederos han vendido las propiedades, algunos han viajado al exterior, existen otras costumbres, ya los vecinos no se conocen entre sí, por eso la solidaridad de antaño no volverá.

Gloria Ismenia Suárez Navarrete

P.D. Los hechos relatados ocurrieron en 1957

BIOGRAFIA DE LA AUTORA
Nombre: Gloria Ismenia Suarez Navarrete
Lugar de nacimiento: Bogotá
Fecha: 21 de julio de 1949

ESTUDIOS:
Primaria: Escuela Distrital Piloto
Secundaria: Instituto Pedagógico del Sur

OTROS:
Lumen Centro de Estudios Comerciales Bogotá
Sena Comercio Bogotá
Instituto Electrónico de Idiomas Bogotá
Escuela de Belleza Jorge Morales Bogotá
Escuela Superior Francesa de Belleza Bogotá
Sena Diseño y Patronaje de Confección industrial Armenia
SEMINARIOS Y CURSOS LIBRES:
Universidad La Gran Colombia Seminario Arte y Literatura Armenia
Universidad La Gran Colombia Empresarismo y Gestión Ambiental Armenia
RENATA  Taller de Escritura Creativa Armenia

MIEMBRO FUNDADOR
Centro Literario Escolar Bogotá
Cine Club la Salamandra Comfenalco Quindío
Café Literario Julio César García Valencia Universidad La Gran Colombia Armenia

PARTICIPANTE APOYO LOGÍSTICO

Festival Quindiano de Cine y Video años 2005, 2006 y 2007 Armenia

La mayor parte de mi vida transcurre en Bogotá y Medellín, a partir del año 2001 me instalo en la ciudad de Armenia donde siento la inspiración para escribir. En esta etapa de mi vida evoco con gran claridad hechos sucedidos mucho tiempo atrás, los cuales me incitan a narrarlos.

Mi afición desde muy niña ha sido la lectura de los clásicos de la literatura.

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