El gobierno nacional compró congresistas y EEUU tecnología para combatir el crimen organizado y desorganizado.
Al espía Pegasus solo le deberían temer los delincuentes. No encontramos explicación porqué al presidente Gustavo Petro Urrego, le mortifica tanto. Malicioso no es el software. Maliciosos son quienes lo persiguen y desean eliminarlo. Por fortuna el caballito tiene alas. Cuando le montan la perseguidora se refugia en el trono del dios Zeus y todos se quedan con ganas de darle espuela. Pegasus a nadie le ha hecho mal, pero si muchos daños.
Dicen los opositores que al jefe de Estado no le preocupa lo que se ha publicado desde las pesebreras de Pegasus. Le atormenta lo que no ha salido y se mantiene oculto. No pida que se esclarezca porque se le oscurece más. No solicite que lo investiguen porque lo investigan, dicen en los pasillos judiciales.
Si usted es decente, no traquetea, no delinque, no lava, no recibe o da coimas, no viola, no mata, no es acosador sexual, no lleva dinero en cajas de cartón, no financia su campaña política con dineros chuecos, no se preocupe. El asunto no es con usted. Es decir, no es con la mayoría de colombianos.
Algunos miembros del sindicato del crimen están asustados y el lomotil se agotó en farmacias y droguerías. Los que se sienten sospechosos tienen la taquicardia disparada porque la carga de la prueba cabalga sobre los lomos de un equino real, no mitológico. Aunque Zeus puede castigar con rayos y truenos.
Pegasus patea a los malos y salva a los buenos, como en las novelas y películas.
A quien se le desbarató la subcortina de humo fue al sujeto que denunció temerariamente a la directora de Semana, Vicky Dávila. El mandadero la compró con blackout y el contraluz delató a los integrantes de la trama. Querían meter a la reportera en asuntos ilegales y por bestias, Pegasus les metió una coz. Terminaron haciendo un favor y aumentaron su popularidad. Más votos a favor. Como a Trump, le echaron encima la injusticia de la justicia y la gente se pellizcó. Suelten a Vicky. En esta ocasión vemos que Colombia si está dispuesta a elegir una mujer como presidenta. No por ser mujer, sino por capaz. Hay varias haciendo fila. Vicky contra la que ponga Petro, sería una buena campaña. Para madrugar a votar.
Ni poniendo un Pegasus en cada esquina donde hubo un teléfono público en Colombia, se acaba la corrupción. Si usted propone un torcido por cien millones se burlan por chichipato. Hoy todo es por miles.
Ojalá no sea un solo Pegasus. Esperamos que los gringos hayan comprado todo el establo y los tengan regados en ministerios, alcaldías, gobernaciones, institutos y cubículos presidenciales. Lo hecho en los despachos públicos no se queda en los despachos públicos. No estamos en Las Vegas, la ciudad del pecado. Estamos en Colombia, país de la corrupción estatal. Aquí el gobierno se roba la plata de los acueductos indígenas para comprar presidentes de Senado y Cámara. También 70 mil millones del internet de las escuelas, lugares sagrados donde los niños pobres estudian.
Esta columna no es una lección de moral ni ética. Es para alertar que se aproximan las elecciones y vienen los de siempre con los mismos vicios. Viejos magos, nuevos trucos.
Hasta hoy, a nadie han judicializado por hablar paja por teléfono. Si no existieran los métodos de espionaje, miles de delitos estarían impunes.
La mejor y más efectiva herramienta que tienen los estados para defenderse y atacar el delito es el espionaje, incluidas las chuzadas telefónicas. El cuento de la soberanía es narrativa para tontos. Milonga izquierda para ir derecho al billete.
El presidente Petro advierte que no se pueden intervenir teléfonos sin orden judicial. Es cierto y así se hace. Desde que existe la Ley 906, a nadie le han arrimado al proceso una prueba sin autorización de un juez de control de garantías. Pero, escuchando las paredes se distinguen las que están blanqueadas. Luego, fiscales y jueces autorizan a la Policía Judicial trabajos de inteligencia para recaudar pruebas legales y perseguir los delitos.
Los que saben de inteligencia, contrainteligencia y espionaje especulan que hay otras grabaciones de Pegasus que se mantendrán guardadas hasta perfeccionar las investigaciones. También, las que cayeron adicionalmente porque escuchando a Pedro oyeron a Juan. Esas no pueden ir al expediente por la teoría de la cosecha del árbol que da frutos envenenados.
Corra Pegasus. Vuele Pegasus. No se deje alcanzar. El pueblo necesita que regrese con alas recargadas y con inteligencia artificial.
OTRA. Viene diciembre. No queme pólvora. Es caro y peligroso. No conduzca con tragos, sale caro y es peligroso.