Por: Jorge Hernando Delgado Cáceres
. El primer día hicimos un trabajo bonito con mucho entusiasmo y coronados. Al domingo siguiente y el cura Castaño de Armenia y el cura Pinzón de Calarcá, en contra de ese convite, y dijeron: «el que vaya a ese convite queda excomulgado».
¿Cuáles serían los elementos importantes que llevaron a usted y a una generación, concebir y establecer un cementerio?
“La arbitrariedad, la exageración, eso me lo preguntaron algunos curitas que ¿quiénes fundaron el cementerio?, el cementerio civil es un monumento a la libertad, lo fundó la exageración del clero católico, el fanatismo religioso, allá voy a poner una placa diciendo: fanatismo religioso, fundador del cementerio, en todo caso eso fue así. De ahí nació la idea, yo tengo la fortuna de cuando empecé a estudiar masonería no encontré nada raro, vi los primeros principios y yo nací masón.
Esos principios los saqué de las entrañas de mi madre, no necesité estudiar masonería, nací libre pensador, no he tenido nunca la duda sobre manera decir. El día que el médico diga que mi corazón se plantó y no se va para ningún lado, lo que es, ese esqueleto, se queda ahí definitivamente y no hay más. Esa idea la tengo desde que tenía 4 o 5 años y aún la sigo conservando. Estuve estudiando espiritismo con el doctor Luis Uribe, en la década de los 20, fue un médico ilustre que tuvo Colombia, uno de los primeros que estudió las hormonas en París. Luis fue espiritista y escribió 2 o 3 libros, en Pereira y en Calarcá había espiritista, el Tuso Jaramillo y otros fueron extraordinario, entonces mi tío Santiago Londoño dijo que me viera Luis Uribe, porque unos médicos dijeron que yo tenía un apéndice y el Santiago, el médico dijo que yo no tenía eso y vino de Europa, había traído un aparato de rayos x y me dijo que no tenía nada.
El cementerio ha tenido como tres fases, ¿cómo era la arquitectura del primer cementerio?
Tuvo tres fases, la arquitectura es parecida a la que tiene, eso no lo ha perdido, lo que si es que el cementerio nació en una pobreza extraordinaria y cuando nosotros lanzamos la idea, conseguimos que unos ingenieros amigos entre ellos algunos conservadores, nos hicieron unos planos y hablaron del movimiento de tierra. Nosotros vimos que eso era imposible de conseguir. Principiamos haciendo bazares y cosas con rifas y señoras que nos ayudaban, nos ideamos hacer un convite para que la gente del pueblo trabajara en una obra, divulgamos que íbamos a hacer la explanación para hacer el cementerio libre, era más o menos en 1925 o 26, no había ni carretas. Realizamos el primer convite y llegaron más de 100 personas, mujeres llevaron sus ollas e hicieron de comer ahí, porque empezaba a las 8 y se terminaba en la tarde, fueron muchachos chiquitos con bandejas.
El primer día hicimos un trabajo bonito con mucho entusiasmo y coronados. Al domingo siguiente y el cura Castaño de Armenia y el cura Pinzón de Calarcá, en contra de ese convite, y dijeron: «el que vaya a ese convite queda excomulgado», esa fue la orden, a los 8 días se duplicó la gente, en todo caso esa obra que no teníamos manera de conseguir los fondos para hacerla, se hizo en ese convite sin gastar nada, las mujeres que iban llevaban caldito para darle a los trabajadores y se hizo la explanación, por esos días fueron a fundar una cervecería en Circasia unos alemanes, había una Colonia de alemanes muy respetable llamaba Borney Bar, quedaba en la calle 21 con 14 y 15, pero vino un grupo de ingenieros con José María Suárez, uno de los fundadores de Circasia crearon la cervecería, eso hizo que viniera un grupo de ingenieros alemanes y esa colonia compró varias fincas.
Esa gente nos colaboró, ya después se empezó a hacer bazares de mayor importancia, se rifaban terneros y con eso se recogió el dinero y se empezaron a sacar los planos, había un alemán que tenía una ferretería y fundía hierro e hizo las rejas que tiene en estos momentos. Con esas bases se fue tomando debido a la participación de la logia de Pereira y gente de Bogotá que mandaba sus 50 pesos, en ese entonces eran 10 o 20 de ahora , de esa manera se realizó el cementerio. La terminación del cementerio tuvo una muy buena suerte, el hecho de que hubiera cambiado el gobierno, hubiera muerto la hegemonía conservadora de los 45 años y vino el señor Olaya Herrera. A mí me trajeron preso por empezar la cosa y estuve en la penitenciaría porque me acusaban de blasfemia contra la iglesia católica.
¿Es verdad que algunos fanáticos atacaron el cementerio?
“Fue atacado y destruido totalmente en el año 50, pero ese es el segundo, el primero estuvo funcionando muy bien y enterramos aproximadamente a más 400 cadáveres entre el año 1928 y 1948, están ahora en el osario común. Viene la muerte de Gaitán y se acaba la poca libertad que quedaba, lo que había hecho Olaya Herrera, con ayuda de Echandía y Alberto Lleras. Me fui a vivir a Europa, me había ganado unos centavos trabajando, luchando y decidí irme a conocer el mundo que era uno de mis hobbies y de un momento a otro resolví irme del todo y cancelé un trabajo con Bavaria.
Me fui y a los tres meses asesinaron a mi hermano más querido en Circasia y lo volvieron pedazos. Me dijo el médico que le hizo la autopsia que por lo menos le habían dado 80 machetazos, ese hermano mío que era mayor cuatro años, a ese hombre que siempre criticó mis actuaciones de rebelde y con mayor razón no regrese. A mi familia, que vivía en Circasia, le tocó irse para Cali porque fueron desterrados, mi padre que tenía 98 años me escribió una carta temblorosa y me dijo que, si yo estaba viviendo por allá, él ya estaba por terminar esta vida y no vale la pena venir al país porque estaba acabado”.
Espere mañana la tercera parte: BRAULIO BOTERO LONDOÑO (III)/ Reconstrucción del cementerio