El gobierno colombiano gana terreno en la asignación del crédito avanzando a mayor ritmo que el sector privado

en los últimos cinco años, la deuda del GNC ha crecido cerca del 90% en términos nominales, 79% en términos per cápita, y 12 puntos porcentuales (p.p.) como porcentaje del PIB.
10 noviembre 2024 10:08 pm

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A septiembre de 2024, la deuda del Gobierno Nacional Central (GNC) alcanzó 970 billones de pesos (18,8 millones de pesos per cápita), creció 12,5% anual y representó el 60% del PIB nominal 12 meses. En contraste, el saldo de las carteras de crédito para el sector privado hasta agosto alcanzó 694 billones (13,5 millones per cápita), creció apenas 1,6% anual y representó el 42,9% del PIB. Para estas mismas fechas en 2019, la deuda del GNC y el crédito privado se mantenían parejos como porcentaje del PIB representando el 48,2% y el 46,0% respectivamente.

Lo anterior muestra que, entre 2019 y 2024, el gobierno ha ganado terreno en la asignación del crédito en la economía colombiana, con una participación que avanza a mayor ritmo que la del sector privado, principalmente al interior de la economía colombiana, reconociendo que hoy cerca del 65,7% de su deuda es interna. Mientras entre 2019 y 2024 la deuda del GNC creció 90%, el saldo en las carteras de crédito privado apenas lo hizo en 42%, siendo la cartera de consumo la de menor crecimiento (35,8%), seguida de la comercial (39,4%), luego las de microcrédito (52%) y vivienda (62,4%).

En síntesis, en los últimos cinco años, la deuda del GNC ha crecido cerca del 90% en términos nominales, 79% en términos per cápita, y 12 puntos porcentuales (p.p.) como porcentaje del PIB. Para dimensionar, baste pensar que, según datos de la CEPAL, entre 2019 y 2023 la deuda del GNC de Brasil creció 0,1 p.p., la de México 3,8, la de Perú 5,1. Crecieron por encima de 10 p.p. la de Chile y Ecuador (11,1 y 12,3 respectivamente).

La mayor participación del Estado en la economía en los últimos cinco años también se refleja en el crecimiento de sus gastos burocráticos y por ende inflacionarios, principalmente a lo largo de los dos años de gobierno del presidente Gustavo Petro (2023-2024), es más, el crecimiento promedio anual de los pagos en funcionamiento del gobierno hasta septiembre entre 2023 y 2024 es mayor que el crecimiento promedio anual entre 2019 y 2022: mientras que en el primer periodo crecieron a una tasa de 7,9% (4,4% omitiendo el 2020 de la pandemia), entre 2023 y 2024 han crecido en promedio 18,5% anual (10,6 p.p. más).

Mientras el gobierno aumenta sus pagos en funcionamiento disminuye los de inversión: el crecimiento promedio anual entre 2019 y 2022 a septiembre había sido de 18,0%, pero entre 2023 y 2024 presentaron un crecimiento negativo de 2,0%. La inversión del sector privado también se ha contraído reflejando una menor participación del sector empresarial en la economía frente a 2019. En el segundo trimestre de 2024, la inversión ha caído 10,4% frente al mismo periodo en 2019, la importación de bienes de capital y materiales de construcción apenas ha crecido 3,8%, la inversión extranjera directa 8,9%, y en la producción industrial, la fabricación de maquinaria y equipo al cierre de agosto cayó 5,5% respecto a 2023. 

Por otro lado, al cierre del tercer trimestre el recaudo fiscal cayó 8,2%. Esta contracción alertó al gobierno llevándolo a contemplar un segundo recorte en su presupuesto en la recta final de 2024. Sin embargo a finales de octubre continúa endeudándose. Recientemente, en cabeza de la cartera del Ministerio de Hacienda, declaró la emisión de bonos globales por 3.640 millones de dólares (aproximadamente 16,1 billones de pesos). Los recursos obtenidos servirán para pagar una deuda que vencía en los próximos 18 meses, sustituyéndola por una que lo hará en 11 años. La disposición del gobierno a endeudarse continuará viéndose motivada no sólo al exterior de la economía.

En la última reunión del 31 de octubre de 2024, la Junta Directiva el del Banco de la República bajó la tasa de intervención a 9,75% (hace un año 13,25%), argumentando que “las proyecciones para finales de 2024 de la inflación se revisaron a la baja en 5,3%”. Hoy con un 65,7% de la deuda gubernamental siendo interna, estas reducciones seguirán abaratando el crédito para el gobierno. Si el Banco admite que las recientes presiones cambiarias se deben, en parte, a la “incertidumbre sobre la situación fiscal de Colombia” y que, de persistir, “podrían generar presiones al alza sobre la inflación”, podemos preguntarnos si la medida contribuirá a la “incertidumbre fiscal” al patrocinar que crezca la deuda del GNC.

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