En mis columnas de El Quindiano he venido abordando temas que me parecen de máxima importancia, y urgencia, para nuestra sociedad y nuestra patria. En muchas de ellas se plantean más preguntas que respuestas. Se ponen sobre la mesa temas complejos de reflexión que giran en torno a riesgos verdaderos y graves. Y, al terminar de leerlas, es bien posible que quede la sensación de una noche oscura y la ausencia de una “luz al final del túnel”.
Hoy me encuentro con una iniciativa valiente, una propuesta seria, un movimiento creciente y un llamado oportuno que está totalmente alineado con las preocupaciones y angustias que compartimos una inmensa cantidad de colombianos de bien.
No se trata de “lanzar al ruedo” nombres de posibles candidaturas, porque como bien se dice en el acto de presentación, aún no es el momento. Ya vendrá el tiempo correcto para, ojalá, unir fuerzas, canalizar propuestas, alinear proyectos y consolidar una alternativa mayoritaria que rescate nuestra sociedad y que nos lleve al fin por la senda del bienestar, del respeto, del orden, de la libertad, de la decencia, de la honestidad, del verdadero y rápido cierre de brechas y del anhelado mejoramiento real y generalizado en la calidad de vida de los colombianos.
El nacimiento de “Defensores de la Patria” busca dar respuesta a muchísimas inquietudes que hemos venido compartiendo en este espacio. Puede representar, verdaderamente, una luz al final del túnel.
En mis columnas titulada “Abstencionismo electoral y venta de votos en Colombia: ¿en serio somos una democracia?” y “Cuenta regresiva” compartía la urgencia que nuestra Patria tiene de devolver la confianza a los electores, de motivar su participación en las urnas, de superar tantos años de compra descarada del poder político y de, ni más ni menos, volver a ser una democracia auténtica. En “Defensores de la Patria” encuentro respuestas concretas a mis preocupaciones. Desde el inicio inmediato de programas masivos de capacitación de “Testigos electorales” que tengan la capacidad de garantizar la transparencia en las mesas de votación hasta movimientos activos de ciudadanos motivando y comprometiendo a los compatriotas en su participación integral en los ejercicios electorales democráticos.
En mis columnas “¿Para cuándo las líneas fundamentales de Colombia y del Quindío?” y “No más Liderodependencia – esto solamente lo sacamos adelante en equipo” planteaba la urgencia de definir un proyecto de largo plazo sobre lo fundamental para nuestra sociedad y nuestra patria. La necesidad de recuperar nuestros valores esenciales y de hacerlo en equipo, en comunidad, en reunión, y con la participación, de la mayoría de colombianos de bien. No podemos seguir permitiendo que una minoría de bandidos sigan hablando, decidiendo y actuando por encima de esa verdadera abrumadora mayoría de ciudadanos honestos, trabajadores, respetuosos de los derechos y cumplidores de los deberes que se mantienen callados, tímidos, cohibidos y amedrantados. Aquí no se trata de los de izquierda o los de derecha, los de las ciudades o los del campo, los ricos o los pobres, los hombres o las mujeres. ¡NO! Se trata de los colombianos de bien y de los bandidos. Esa tendrá que ser la única polarización posible en nuestra patria. La polarización derivada del aislamiento, del rechazo y de la exclusión social del delincuente, del corrupto, del violador, del “bobo vivo y del vivo bobo”, del tramposo, y de tantas otras expresiones del mal que, siendo minorías, impactan sensiblemente nuestra sociedad.
“Defensores de la Patria” lo tiene perfectamente claro. Basta con escucharles y leerles conceptos como “ejercicio de lo correcto”, “protección a la libertad de empresa”, “pena de muerte y/o cadena perpetua para violadores y asesinos de niños”, “respeto de la autoridad”, “Familia”, “Seguridad”, “Estado pequeño y austero”, “cierre de brechas sociales”, “cero tolerancia a corrupción”, “mejores funcionarios”, etc, etc, etc para darse cuenta que ha nacido un espacio concreto para adherirnos todos los que queremos una Colombia mejor, una Colombia viable, una Colombia próspera y una Colombia en verdadera paz, con Libertad y Orden como lo impone nuestro escudo nacional.
Mi invitación hoy es a salir de nuestra desesperanza, a fijar la mirada en esa luz al final del túnel, a remangarnos intelectualmente, a no desaprovechar esta valiosa oportunidad y a vincularnos activamente a “Defensores de la Patria” para actuar, participar, decidir, construir y CORREGIR.
¡Reflexionar racionalmente es el primer paso para actuar acertadamente!
*Rector Universidad del Rosario (2002-2014), Embajador de Colombia en Alemania (2018-2022)