EL DEMONIO DEL MEDIODÍA

31 octubre 2024 10:20 pm

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Roberto Estefan Chehab   

Sin intención de descalificar la importancia y seriedad de la fidelidad como uno de los soportes éticos en la relación de pareja, me parece conveniente tocar el tema de lo que, en el argot francés, denominan: “Le démon de midi” que traducido al castellano significa “El demonio del mediodía”. Y es que coloquialmente parecería un tema jocoso, mas no es así. Por no entender ese trance en la vida de muchos varones, se destruyen relaciones valiosas, serias; matrimonios sucumben y hogares bien cimentados se van al traste ¡cuán importante es que las personas conozcan algo de este “síndrome” mencionado en escritos bíblicos y también en la experiencia documentada en miles de biografías humanas. Y es que el demonio, como lo quieran imaginar, si existe y aparece disfrazado, camuflado y engañoso, de diversas formas: esa es su diversión máxima, el engaño y la sagacidad que con frecuencia logra matricular a más de un desafortunado caballero hasta ahora aconductado, amoroso y” juicioso”, en una crisis de características mayúsculas. Resulta que en el desarrollo de la personalidad todos pasamos por etapas, desde la niñez y hasta la senectud y cada etapa va acompañada de un duelo que hay que atravesar cuando se asciende a un momento de mayor madurez. El varón, alrededor de los cuarenta años, con un margen de diez años hacia adelante sufre un momento que puede prolongarse en el tiempo, en el que se resiste a aceptar que sus años “mozos” van siendo asunto del pasado, sobra aclarar que esa sacudida es totalmente inconsciente, pero determina una serie de cambios de comportamiento que van de leves a realmente dramáticos. Pareciera que sufrieran una regresión a la adolescencia y una necesidad de “vivir” y reafirmar que aún son los “chachos” de la manada: les da por cambiar de “look”, usar ropa muy juvenil, gafas oscuras, aún en la oscuridad, comprar moto, matricularse en al gimnasio (que nunca les había parecido atractivo), buscar “espacios para sí mismos, para gozarse la música y adentrarse en la tecnología de moda de sus cogeneres mas jóvenes y, obvio, se arriesgan a la aventura de comprobar que aún “conquistan”, que todavía están vigentes “en la plaza”. Ojalá fuese una especie de aventurilla: lo grave es que su energía se desplaza a la crisis lo que hace que “duden” de su amor y la importancia de lo construido hasta ese momento y así se alejan afectivamente de lo que aman y de quien los ama, volviéndose presa fácil de una equivocación que, a veces no tiene reversa. Tratar de hacer lo que ya no se hizo es la trampa. Se necesita de mucha inteligencia y responsabilidad para identificar su riesgo. Se necesita mucho amor, tacto y determinación para ayudar a su pareja, en crisis, a identificar y sortear la situación y evitar una dura tormenta que afectaráa todo el entorno socio- familiar. Busque ayuda antes de decisiones prematuras. Es una crisis. [email protected]  

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