Samaria Márquez Jaramillo
Son las tres de la tarde del 30 de octubre del 2024. Llueve y pienso: Cuando transcurran dos días viviré en el mes de los muertos. Hablaré de los fallecidos. Es un tema fácil porque a ellos les será difícil contradecirme. Además, como no hay difunto feo, el texto resultará estético.
Estética es difícil palabra: Corresponde a la lógica de las formas. Lógica: Es poner en práctica los razonamientos correctos, es la práctica de la razón ¿Se puede ser lógica al hablar de un tema tan improbable como la muerte? Conste que no digo que la muerte sea improbable pues es lo único seguro que hay en la vida. Al decir improbable me refiero a los eventos, anecdóticos o no, del tema de la muerte, porque hasta la fecha no han sido escuchados los testigosprotagonistas. ¿Hablarán con emocionalidad? Porque soy emocional es que sé que no estoy muerta.
La gente se la pasa hablando de cuestiones emocionales: De un amor muy bonito o de una vergüenza muy fea y, así mismo, de odios profundos (como las simas), de humores negros (usar el color negro para describir situaciones enojosas ya fue protestado por los anti-racistas), de miradas duras (como el acero), de historias tiernas (como pollitos amarillitos. También el que me traicionó muriéndose el 28 de agosto hablaba de un color azul pollito), de colores suaves (como el algodón), de ánimos acalorados (como la fiebre), de relaciones frías (como esta tarde), sensibilidades heridas (como corazón de traicionado), de días amargos (como bebidas digestivas), de chistes picantes (como salsa de ají); de la misma manera, nudos en la garganta, mariposas en el estómago, opresiones en el pecho, hueco en el corazón. La mentira es repugnante, el crimen es asqueroso, hacer trampa es jugar sucio y los pecados se limpian, las culpas se lavan, las condenas se purgan… Todo ello gastado, populista y lacerante. ¿Dónde se extinguió la creatividad?
¡Ay Dios! El bien y la belleza, el mal y lo repulsivo, van en parejas y se crea, así, un mundo dual. Se supone que todo tiene forma de moneda: dos caras, dos partes y solo dos. El ejercicio de la vida no es un plan de términos opuestos, como en las películas de vaqueros: Buenos, con sombrero blanco, malos con color negro.
Según la lógica de Aristóteles cuando una persona escribe, estructura su discurso en un orden lógico. No soy aristotélica. Narrar debe ser un acto anacrónico, para no pensar y descubrir que se está atada a convenciones y luego enojarse, irremediablemente. Escribir es, porejemplo, ponerse en comunicación con alguien que no quiere esa comunicación y la convierte a una en practicante irredente de monólogos.
Cuando una persona se enoja, la progresión de su sentimiento es con vísceras, gestos, voz y manotazos. La gente, para pensar, sigue un método lógico, pero para sentir toma el modo de sus sentimientos. Así mismo es la ironía: Es una afección que provoca rencor o risa y que irrumpe en los mortificados espacios que los agrios y retorcidos, con solemne vocabulario, pretenden administrar, con cinismo pecaminoso.
“Por supuesto que cuando hablo de cinismo, actitud diferente a la ironía, no me refiero a quienes conocen los artilugios del atropello, la corrupción, la deshonestidad o el abusivo utilitarismo. Diógenes fue un cínico, irónico desenfrenado que como perro pudo alzar la pata y orinar en la puerta del más sabio o rico, vivir en un tonel, o mendigar por comida, pero nunca obtener indigna ventaja sobre otro”, cantaleteaba Estanislao Zuleta, cuando se refería a las cualidades de Groucho Marx, su gran admirado.
Y ¿qué tienen que ver los sentimientos con los muertos? La respuesta no es difícil: Son incapaces de sentirlos pero muy eficaces para inspirarlos: No resistí copiar del grupo roquero argentino Callejeros, estrofas de la canción Señales: “Ni la ironía de la irónica ironía/ni lo falso de la falsa falsedad/me explican lo que explican/los que explican sobre la verdad/Soy un muerto encerrado/en un cuerpo vivo/soy un vivo que hace un tiempo se murió/A tu suerte siempre réstale una duda/A esa duda, una posibilidad/Si esa posibilidad se vuelve loca/esa es tu verdad, tu estado habitual , en lista de tus posibles imposibles.
Hum… Y ¿de los muertos qué? Repetiré un cuento: que ya conté pero que hoy desempolvo: En la noche de “difuntos” se me presentó uno que solo se identificó como un “alma en pena”, dizque porque veía a los vivos sufrir por los muertos.
—Acabas de romper mi realidad, le dije y luego separé mi atención del ordenador. Inmediatamente se produjo un total vacío en mi “memoria RAM”. Ocurría algo para lo que mi computador no estaba programado.
— ¿Qué haces aquí si todos están festejando “el carnaval” de los espíritus?, disfrazado de día de los niños”, dije, más que en búsqueda de una respuesta, para comprobar qué ocurría en el sistema eventual interlocutor. ¿Tienes nombre o lugar?, volví a interrogar. Deseo ayudarte, pero si no me das más señas será complicado. ¿Al menos recuerdas dónde vivías?… ¿Cómo es que estás muerto?…
—Porque alguien llegó y cambió las normas e instituyó que ser honesto es ser “tonto” y ayudar a otros una utopía En definitiva ese alguno practicaba el “sálvese quien pueda sin que se me manche la camisa”.
— No me confundas. Si estás muerto, ¡debes estar bien muerto! Desaparece del sistema de energía, antes de que se produzca una ruptura de cabezales… Los muertos mueren cuando nos olvidamos de ellos… Dime una frase con la que yo te recuerde.
— ¿Te parece que es tan sencillo escaparte de tu realidad? El asunto no es oprimir el teclado, la cuestión no es tangible como ese hardware. El asunto tampoco anda enredado en el software que sueñas contiene las claves de tu existencia. Reside en dejar el miedo a vivir, reconocer que tienes pulsaciones propias dentro de ti y no esas que haces sobre las teclas…Hasta otra vez, tal vez hasta nunca.
Y de la frase que te pedí, ¿qué?
— Dar sin recibir conduce a la minusvalía.
Yo, la narradora, no caeré en la ingenuidad de entrar en detalles de cómo fue la consunción del aparecido…Todo lo controlé con un simple ESC…