Roberto Estefan Chehab
Es abrumador cuando la gente afirma que “no se mete en política”. Todo ciudadano responsable debe ser activo políticamente lo que no implica aspirar a cargos públicos de administración y legislación, pero sí a vigilar haciendorespetar las leyes y la integridad de Colombia. ¿acaso los elegidos no son representantes de su pueblo? Y eso significa que “no se mandan solos”: están trabajando para y por la patria que somos todos. Depositar un voto no es un acto de poca importancia, es apenas el inicio de un proceso en el que todos debemos estar pendientes de tal manera que los escogidos respondan a las necesidades y así mismo a los ofrecimientos y promesas que hicieron durante la campaña. La costumbre de ser mandados, súbditos, pasivos son aspectos que arrodillan a nuestra nación porque en medio de la ignorancia de muchos y la indiferencia de otros, los personajes elegidos se sienten a sus anchas para hacer lo que les plazca, burlándose de la gente y “aprovechando el cuarto de hora”, una forma de estupro cuyo resultado es que salimos “clavados”… y la mayoría de ellos enriquecidos, endulzados por compota y mermelada y además, impunes, con la arrogante sensación de ser intocables y superiores, mientras la mayoría nos preguntamos: ¿cómo carajos se logra amasar fortuna en tan poco tiempo? aunque no se logredemostrar con documentos y escrituras, los CDTs, bonos y similares – llámese testaferrato – pues sigue siendo igual de curioso y cínico el poder económico para darse una vida de millonarios: viajes, automóviles y los gastos que implican, “arriendos” lujosos; las mejores universidades privadas aquí o en el extranjero y la correspondiente manutención, ropa y elementos de marca y en fin… de todo lo que de una u otra forma hay que pagar con dinero ¿del pueblo?¿cómo se logra eso? Que con una vida entera de trabajo es impensable para la mayoría… Entonces todos somos cómplices ¿porque “yo no me meto en política”? … Esto no es solo del actual gobierno, tan salpicado de barbaros y sucios escándalos: es parte de la historia, esa que tanto gritamos que es necesario cambiar. Y, claro que sí es urgente cambiar, humanizar y garantizar las necesidades básicas de todos los nacionales y habitantes en nuestro suelo: es imperativo ese vuelco ¿y dónde están los lideres? Pero los buenos, sanos, comprometidos… Solo vemos a muchos individuos ególatras, haciendo fechorías y defendiéndose con artimañas como si el bien y el mal dependieran de “vencimiento de términos”, falsos testigos, ideologías de odio, sobornos… ser pícaro no depende de decisiones judiciales de sobreseimientos ni “gestores de paz” ni rebajas de penas a asesinos y violadores, ni de mingas indígenas y primeras líneas retadoras y sin sentido azuzados por el líder de turno.¿Qué le pasa a nuestra sociedad? ¿Respetando la democracia o traicionando cobardemente a su propio [email protected]