TECNOHUMANOS

23 octubre 2024 10:40 pm

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Álvaro Ayala Tamayo

A partir del año 2050 la gente no caminará con un teléfono celular en la mano, tal como lo conocemos hoy. Tendrá un dispositivo más. Una cápsula de oxígeno que se disparará automáticamente cuando el chip del reloj marque que sus pulmones están a punto de colapsar.  A los que vivan a nivel de mar también los afectará. Nadie estará exento de respirar aire contaminado y de baja calidad. No estamos hablando de ciencia ficción. Será el modelo típico tecnohumano que regirá a partir de la segunda mitad de este siglo. Como el dolorcillo de cabeza y las náuseas que sienten los futbolistas al enfrentar a Bolivia en la ciudad de El Alto. 

Cuando vimos a Santiago Arias, en la pista atlética inhalando aire puro comprimido en una pequeña bala de oxígeno, debemos imaginar el prototipo de los seres humanos del futuro próximo. El valor del teléfono no será de acuerdo con la capacidad de sus gigas de almacenamiento. Su precio cotizará con base en el chip que le suministrará, o más aire o más pureza. Para obtener los dos a la vez tendrá precios exorbitantes.  El teléfono no será un lujo o capricho. Será un dispositivo de vida. Los seres humanos cambiarán a color azulado pálido. Casi trasparentes y cianóticos. Con las uñas grisáceas y quebradizas. Los ricos comprarán el que más aire puro suministre. Los pobres deberán hacer fila para que la EPS se los suministre o el subsidio les ayude a pagarlo. 

La izquierda mundial se apoderó del discurso ecológico y el medio ambiente fracasó. Lo verde no maduró, se brincó un proceso y terminó ahogada.  Hablar de biodiversidad da votos, no oxígeno. A esa retórica le falta pureza. Los izquierdos armaron la trampa y también la pisaron. Por su falta de honestidad el planeta viaja por las cañerías putrefactas, camino a la desintegración absoluta.  Tan amigables con el medio ambiente son los zurdos y los derechos. Tan enemigos del medio ambiente son los zurdos y los derechos. Hay que poner en práctica ese principio o todos terminaremos en el mismo pabellón de neumología. 

Esa clasificación oprobiosa de la izquierda contra los que no están con ellos, no deja pelechar ni florecer la ecología ni el espíritu. Sembrando odio por todas partes lo único que han cosechado es división y egoísmo. 

Para combatir el cambio climático se necesita con urgencia un cambio de actitud. Que los izquierdos no sigan contaminando la política con su discurso de redentores. Ahora los derechos están copiando los mismos modelos de respuesta y sus mensajes también se han vuelto ofensivos. Todos nos vamos a quedar sin aire porque los líderes de barro izquierdos y derechos se enfrascaron la lucha por la circulación de los votos y no del aire limpio.

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