El observatorio económico de Colombia analizó el comportamiento de la inflación en el país, para mirar si hay un acierto de la policía monetaria o, por el contrario, una crisis en la industria y en el comercio. Presentamos el análisis hecho por José Alpiniano García-Muñoz, PhD y Alba Isabel García Giraldo, Ec. Mag. Del Observatorio económico.
Los últimos años
A primera vista la economía colombiana parecería haber recuperado el ritmo de prepandemia, dado que en el cuatrienio de junio-2021 y junio-2024 el PIB pasó de $424,9 a $482,4 billones reales, es decir es un 13,5% mayor. Si miramos el cuatrienio previo a la pandemia, el PIB apenas crecía un 6,8%. No obstante, el crecimiento del cuatrienio postpandemia se concentra en los años 2021 y 2022. En 2023 y 2024 el crecimiento de la economía es lánguido: a junio de ambos años apenas es del 1,5%. Esto muestra que el ritmo de recuperación de postpandemia, iniciado apenas finalizó la pandemia, no se ha mantenido durante los años corridos del gobierno Petro. Otras cifras lo confirman.
En lo corrido de 2024, hasta julio, hay fuerzas que tienden hacia un PIB a la baja, frente al mismo periodo en 2023. Así, la producción industrial se contrae 1,5%, y el comercio minorista 1,7%. Si bien este último se contrae menos que hace un año (5,6%), la producción industrial se contrajo más (1,2%). La caída también afecta exportaciones e importaciones. Hace un año las primeras crecían a una tasa anual del 14,8%, ahora caen 0,8%. Las importaciones también caen, aunque menos (1,7%), dado que hace un año se contraían en 19%. Por el lado de la inversión extranjera directa también hay motivos de preocupación: para agosto-2024 se contrae 16%, cuando en el mismo período del año pasado crecía 21,9%.

Presiones negativas
Para entender de qué modo la tendencia a la baja de los anteriores indicadores genera presiones negativas sobre el PIB, baste con recordar que, en los últimos cinco años, la producción industrial y el comercio minorista han equivalido a la quinta parte del PIB; las exportaciones al 13,7%, las importaciones al 21,9%, y la inversión extranjera directa al 3,9%. Adicionalmente, la contracción de las exportaciones y de la IED disminuyen la capacidad de los empresarios para adquirir insumos en el mercado internacional, al disminuir las divisas disponibles en el país.
Comparando junio-2019 y junio-2024, la inversión privada cayó 10%, mientras en el cuatrienio prepandemia crecía 9,1%. Similar ocurre con el crédito privado: en el cuatrienio prepandemia crecía 6,8% en la postpandemia apenas creció 2,8%. Entretanto, los gastos de funcionamiento gubernamentales, ingresos fiscales y deuda fiscal se elevan. Así, en términos reales, entre junio-2019 y junio-2024, los primeros crecieron 25% y el recaudo fiscal 19%; en el cuatrienio prepandemia apenas lo hacían 12,2% y 0,7% respectivamente. En el mismo periodo de prepandemia la deuda fiscal creció 24,8%, en la postpandemia lo hizo al 37%. Estos indicadores se ven reforzados por otros a corto plazo. Veamos:
Las cifras de este año
Al inicio de segundo semestre 2024, el crédito privado continúa con el bajo crecimiento característico de la postpandemia: hasta julio crece 1,9% respecto al mismo periodo de 2023 cuando crecía al 7,5%. La deuda del gobierno nacional central cierra el primer semestre 2024 al alza con un crecimiento del 13,6%, cuando el año pasado crecía al 8,5%. A agosto-2024 crecen los gastos de funcionamiento del gobierno en 19,9%, cuando el año anterior lo hacían a una cifra inferior (17,7%). El recaudo fiscal, por su parte, se ha contraído 9,3%, cuando hace un año crecía 29,7%. La contracción del crédito privado, el incremento de la deuda gubernamental, la tendencia a corto plazo del PIB y la caída de la inversión pública generan interrogantes.
En primer lugar acerca de la política monetaria: toda eventual disminución de la tasa de interés por parte del Banco Central, ¿promoverá el crecimiento del PIB o patrocinará el endeudamiento fiscal, destinado a gastos de funcionamiento en ascenso? En segundo lugar sobre la caída de la inflación: ¿es por acierto de la política monetaria o un efecto de que el gobierno quite capacidad de compra a los ciudadanos, reflejada en la crisis de los sectores industrial y comercial? Esta pregunta es más acuciante cuando sabemos que el crecimiento de los improductivos gastos de funcionamiento gubernamental necesariamente eleva la inflación, ante una industria y comercio postrados. Para terminar, la caja de Pandora: ¿cuál será el quantum del efecto económico de un gasto fiscal creciente, frente a un recaudo descendente?