El resguardo indígena Tatadrúa, de la comunidad Embera-Chamí, se estableció en un predio rural de 25 cuadras en el municipio de Pijao, luego de permanecer durante casi 20 años en el sector de El Laurel, en Quimbaya. Antes, estas 25 familias vivían en un asentamiento sin tierra para trabajar, en un barrio rural de invasión. Ahora, tienen tierra y la propiedad colectiva de ella, lo que les garantiza estabilidad en una zona determinada. Por eso, la Institución Educativa Luis Granada Mejía, a través de su rector Carlos Julio Ciro Espinosa, también creó en el resguardo una escuela para los niños, dirigida, como debe ser, por un etnoprofesor, un docente de la propia comunidad.
El etnoprofesor Jorge Eliécer Ramírez tiene en la actualidad un promedio de 20 alumnos que asisten con regularidad a sus clases, en un salón que extiende su ámbito a la anchura de la cordillera de los Andes, en el sector de Barragán, en el municipio de Pijao. Enseña en todos los grados, hasta quinto primaria. De allí, los niños y niñas indígenas pasan a estudiar al colegio Luis Granada Mejía. La enseñanza de la lengua materna indígena es lo esencial, para que no se pierda la tradición milenaria de esta comunidad, dice el maestro Ramírez.
EL QUINDIANO viajó hasta el territorio indígena y habló con los niños y con el profesor Ramírez. Entrevista completa en el siguiente vídeo: