Guillermo Salazar Jiménez
La imaginó subir al estrado con sus trenzas al vuelo para recibir el diploma en tecnología y comunicaciones. Así vislumbró Juanita Lectora a Vianka Mosquera, una de los 233 jóvenes de Buenaventura, Valle del Cauca, que se graduaron de técnicos para cumplir su sueño de integrarse al mercado laboral. Jóvenes de comunidades indígenas y negras de zonas deprimidas, opinó Juanita, que aprovecharon la oportunidad de imaginar la vida de otra manera diferente a la recurrente violencia.
Juanita Lectora detalló en El Espectador la noticia según la cual tal oportunidad hace parte de un proyecto de justicia social desarrollado por el gobierno, donde más de 800 jóvenes retomaron la iniciativa de “Jóvenes en las TICs” –Tecnologías de la Información y las Comunicaciones- para integrarse productivamente y ayudar a tejer lazos solidarios consus comunidades.
Rusbel Caminante consideró como el ambiente de pobreza y violencia afectó el sistema educativo de manera tan cruel que no logró rescatar a numerosos jóvenes esclavos de las bandas criminales. Quizás, pensó, que las instituciones educativas, fieles a los currículos tradicionales, fueron incapaces de prepararlos para enfrentar las dificultades diarias que los imposibilitaron de vivir dignamente. La articulación educación-trabajo, comentó Rusbel, se convirtió en oportunidad clave para integrar estos jóvenes al contexto productivo por medio de un título académico y mejorar su futuro de vida. Se trata, agregó, de esfuerzos conjuntos entre gobierno, organizaciones internacionales y fundaciones nacionales que operan en diferentes regiones de Colombia y otros países del mundo.
Juanita Lectora consideró la expresión en latín “obportum”, hacia el puerto, que originó la palabra oportunidad, para asegurar su referencia al viento favorable que empuja los veleros para entrar al puerto de manera segura. Imaginó a los nuevos técnicos que aprovecharon la oportunidad, similar al viento que sopló en sus caminos, para asegurar un porvenir más promisorio. Existen ejemplos de otros programas que indican los esfuerzos gubernamentales por ofertar caminos positivos a los jóvenes marginados, como el caso de los pequeños productores de cacao y café de Chigorodó, Antioquia; Belalcázar, Viterbo, San José y Anserma, Caldas; y La Unión, Nariño.
“Los que se aferran al pasado se quedan sin oportunidades de futuro”, Rusbel Caminante citó a la escritora estadounidense Kristin Hannah y aseveró que aquellos jóvenes técnicos podrán vincularse al mercado laboral de la computación, análisis de datos y digitalización. Expresó convencido que aprovecharon la oportunidad brindada para olvidar su pasado y salir de aquel 17% de población joven, que, según el DANE, en 2023, estaba desempleado o sin alguna ocupación que les permitiera subsistir económicamente. Experiencias positivas necesarias de publicitar y expandir, como acciones demostrativas de avances sociales. Adicionó Rusbel, válidos los aplausos para los jóvenes que se atrevieron a tomar en sus manos el título en tecnologías de la información y las comunicaciones. A otros jóvenes de las regiones oprimidas por la pobreza y la violencia colombiana, es necesario brindarles iguales oportunidades. Les recordó lo escrito en una pared, “Coge las rosas mientras están florecidas, mañana ya no es hoy”.