Ya era hora

18 septiembre 2024 10:30 pm

Compartir:

Aldemar Giraldo Hoyos

El ataque de ayer fue definitivo: dos militares muertos y 25 heridos; el hecho se dio en momentos en que la mesa con el grupo armado ELN vivía la mayor crisis; necesariamente, había que endurecer la postura del gobierno después del ataque a una base militar en Arauca.

Se fue al suelo un proceso de paz con la guerrilla del ELN, el cual se inició en noviembre de 2022; según el presidente, “Es una acción que prácticamente cierra el proceso”; durante este período (22 meses), el gobierno ha hecho llegar al grupo subversivo muchas propuestas, pero se han hecho los sordos y sus respuestas son descabelladas.

Me imagino que empezará un “tira y afloje”, a la espera de gestos de voluntad de parte del ELN para retomar los diálogos; sin embargo, con la actitud y posiciones asumidas a lo largo de la mesa de diálogo, no es de esperar mucho; será necesario exigir un alto al fuego unilateral y otras condiciones especiales.

Ha sido costumbre en nuestro país, iniciar procesos de paz con grupos al margen de la ley y sabotearlos por cualquier lado; no ha sido raro vivir acuerdos de “alto al fuego” en medio de las metrallas y la muerte y cuando todo parece tranquilo, salta la liebre y todo se va al suelo.

Ya, en febrero de este año, la guerrilla del ELN llevó los diálogos de paz a una crisis innecesaria para prolongar la confrontación armada, luego de que resolviera congelar las negociaciones iniciadas en noviembre; como siempre, declararon lasnegociaciones en una fase de congelamiento, alegando violaciones a lo pactado.  “El gobierno ha cumplido lo pactado y siempre ha estado dispuesto a encontrar salidas ante las situaciones críticas y las dificultades que ha enfrentado la Mesa de Diálogos”.

La colaboración de otros países se va a ir al suelo y muchas dificultades ponen en vilo el futuro de los acuerdos: paros armados, secuestros y enfrentamientos con otros grupos armados; para los colombianos de a pie, la ofensiva del grupo guerrillero, ayer, es criminal y las posturas asumidas durante el proceso han sido inaceptables e ilógicas. Para muchos, se trata de presionar al gobierno para aceptar condiciones, pero, la cosa va más allá. No se ve humo blanco al otro lado de la montaña; ya es hora de ponernos muy serios y corregir el rumbo de algo que nunca ha funcionado.

El Quindiano le recomienda