Esperar hasta 2050

16 septiembre 2024 10:27 pm

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Lisandro Duque Naranjo

Sirvió el que se hubiera prescindido de Joe Biden como candidato demócrata para la presidencia de Estados Unidos y que hubiera sido sustituido por Kamala Harris. No fue esta mujer propiamente vistosa como vicepresidenta, pero le tocó despabilarse como candidata, y lo demostró frente a su primer debate contra Trump la noche del 10 de septiembre. Entró avasallando al set, saludando de mano a su contendor, lo que él no se esperaba, y no tuvo más remedio que atenderla con cortesía. De repente, el magnate quedó como el anciano de la tribu electoral, con sus 78 años. “Ahora el viejo es él, porque yo apenas tengo 78″, dijo Clinton, sacándose el clavo por las burlas que hizo Trump de Bidenpor sus 81. Fastidioso que el tema de la edad haya cobrado tanta relevancia en cuanto a aspiraciones a cargos públicos, lo que sin duda se debe al aumento del promedio de edad y a un hecho que en unos veinte años hará más frecuentes estos enfrentamientos entre adultos mayores, zona etérea que se pondrá crítica cuando el número de muertos sea mayor que el número de nacidos, algo que ya está ocurriendo en algunos países y que va a generalizarse, alterando las costumbres mundiales. De aquí a eso, Petro, quien ya estará en los 80, para llamar “fósiles” a los de 70 -como lo hizo recientemente-, tendrá que referirse a los nonagenarios. Y Trump, quien habrá cumplido su primer centenario (lo mismo que Le Pen, La Ayuso, Abascal, que andarán por sus 65 para entonces), habrán abandonado su obsesión contra los inmigrantes, pues brazos jóvenes serán de urgencia en sus respectivos países. Estos, los inmigrantes, a su vez, serán menos, pues las africanas y latinoamericanas, también por su lado, se estarán reproduciendo menos. (1)

Se me fue por otro lado, quizás más interesante, el artículo sobre Trump y Harris. Así que lo retomo aquí:

Trump, obsesivo con el tema de inmigración (dijo que hay 180 países tratando de meterse al suyo), pero particularizando en los haitianos, dijo de estos que, aparte de su criminalidad, se han vuelto el terror de las mascotas, cazando gatos y perros para comérselos, punto muy sensible para la humanidad y los estadounidenses, que a causa de eso, motivó que la producción del programa, durante el mismo, lo consultara en fuentes de autoridad y le dijeron que sí había ocurrido un caso, en Springfield, protagonizado por una señora de otra nacionalidad en estado demencial. Otra mentira que encimó, fue la de que en “los períodos en que disminuye la criminalidad en Venezuela, esta aumenta en Estados Unidos”. Y bueno, la mentira mayor contra el aborto, fue la de que “hay Estados en que matan a los niños apenas nacen”.

Concurrente principal a esta sesión de mentiras, Kamala Harris se pasó la hora y media sonriendo y, por supuesto, cuando le tocaba hablar, se ponía seria. Ella ofrece un país relajado que ojalá más de la mitad de los votantes lo necesiten, con el tope de las guerras que ya tienen, más alguna otra que sus militares requieran, en lugar de la empalizada que el otro aspirante pretende construir hasta cercar el mapa completo y que no se les meta ni uno más de los inmigrantes de 180 países indeseables entre los 195 que tiene el planeta.

(1). Datos aproximados obtenidos de diversos artículos sobre tendencias futuras de población publicados en El País.

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