domingo 15 Jun 2025
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Muñecas y muñecos de la mafia periodística, sin duda alguna…  

15 septiembre 2024 10:00 pm
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Carlos Alberto Agudelo Arcila

Les dolió la expresión “Muñecas de la mafia” a los periodistas y a quienes promueven su sesgo político en favor de la gobernanza criminal de nuestro país.

Muñecas y muñecos de la mafia periodística porque permanecen al servicio de un narcoestado, como ha sido Colombia durante las últimas cinco décadas, al limitarse con su periodismo inadmisible a defender el neoliberalismo destructivo y quebrantar los principios fundamentales deontológicos, cuya regla esencial es respetar el conjunto de deberes y principios éticos. En esta profesión, como en todas, debe existir un código de objetividad. El periodismo auténtico está obligado a comprometerse con la información veraz, a diferencia de cuanto ocurre de manera irresponsable y sospechosa en Colombia, donde activistas como Vicki Dávila, Darcy Quinn, Vanessa de la Torre, Carolina Gómez, María Andrea Nieto, Salud Hernández, Claudia Gurisatti, Néstor Morales, Luis Carlos Vélez, Felipe Zuleta y muchos otros lanzan su discurso fascista contra todo lo relacionado con el pensamiento progresista, convirtiendo la desinformación en una costumbre. Miserables, cínicos e hipócritas, están listos para ejercer vandalismo ideológico con sus declaraciones acomodadas en favor de quienes han posicionado a Colombia como la segunda nación más desigual de Latinoamérica, después de Haití, dispuestos a crear pánico económico, político y social contra quienes piensan diferente a ellos.

“Muñecas de la mafia”: no estoy seguro desde qué perspectiva el presidente Gustavo Petro utilizó este certero apelativo para referirse a los comunicadores prepagos, quienes generan terrorismo periodístico contra el pensamiento progresista y, al mismo tiempo, fomentan oposición al gobierno actual a través de sus bulos. Esto recuerda a la Segunda Guerra Mundial, cuando Joseph Goebbels, hombre de confianza de Adolf Hitler, difundía mensajes falsos sobre la oposición con el objetivo de crear desconfianza.

La élite periodística mencionada se refugia en plataformas de información como SEMANA, CARACOL, RCN y la W Radio, entre otras, donde se protegen al propagar información errónea. Son monopolios del engaño informativo listos para desacreditar las reformas destinadas a abordar la extrema pobreza y la crisis económica, consecuencias del despilfarro, la burocracia y la corrupción acumulada durante más de 200 años de gobiernos liberales y conservadores.

Lo peor de esta trama irracional del periodismo falaz es la forma maquiavélica de llegar a la audiencia y a los lectores, al presentar una noticia sesgada como cierta y trasmitirla como verdadera. Esto sucede sin pasar el filtro de la imparcialidad, alienando a la población necesitada convirtiéndola en enemiga del gobierno del cambio. Esta es su función poderosa: estos medios procaces influyen en alto porcentaje en la decisión del sufragio.    

Las muñecas y muñecos de la mafia periodística ahora ayudan con sus contenidos adulterados a fraguar un golpe de Estado, sin importarles el futuro de nuestra patria. Alegan una fractura de la democracia por parte del gobierno actual, recuerdo la siniestra frase del golpista y asesino de chile al derrocar a su gobernante legítimo Salvador Allende en 1973, “lo suyo no era una ruptura, sino, al contrario, una acción cuyo objeto era salvar la democracia”. No obstante, antes de eso, señalan de loco al presidente Petro y se burlan de él cuando informa al pueblo sobre un posible atentado contra su integridad personal o sobre un golpe de Estado. En diferentes países donde la izquierda llegó al poder, se han inventado posibles actos de corrupción, se han asesinado primeros mandatarios y se han producido destituciones ilegitimas con la ayuda de hegemonías como EE.UU., la CIA, medios de comunicación pertenecientes a la ultraderecha, la oligarquía interna, la ONU, la UE y poderosos de la economía mundial. Y su respuesta contundente es negar un golpe de Estado, replicándolo en revistas, televisión, radio y ahora a través de la campaña politiquera de Vicky Dávila.     

En resumen, Muñecas y muñecos de la mafia periodística, no es solo un juego de palabras ni una metáfora vacía; es una declaración contundente y precisa la cual revela corrupción y maniobras astutas en el mundo periodístico.  Trata de comunicar cómo estas entidades operan con agendas ocultas, moldean la opinión pública y manejan la información para sus propios fines.

Por esto la importancia de la propuesta ley de los tercios para medios alternativos, comunitarios y digitales, de Petro, el pasado jueves y viernes, 12 y 13 de septiembre, en Armenia: “La ley de los tercios establece que, de la pauta oficial, una tercera parte va a los medios en redes, otra tercera parte a los medios tradicionales y la última parte a los medios alternativos”. Medios alternativos a los cuales debemos en gran parte el triunfo de la izquierda en Colombia el 19 de julio de 2022, al develar la inhumana situación de esta región suramericana, destrozada por la impunidad y el desbarajuste atroz en todas sus dimensiones.

Muñecas y muñecos de la mafia periodística, sin duda alguna…

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