Guillermo Salazar Jiménez
“Si la genealogía plantea por su parte la cuestión del suelo que nos ha visto nacer, de la lengua que hablamos o de las leyes que nos gobiernan, es para resaltar los sistemas heterogéneos, que, bajo la máscara de nuestro yo, nos prohíben toda identidad.” Juanita Lectora lo consultó en La Microfísica del poder del filósofo francés Michel Foucault. Resaltó que varios dirigentes políticos, bajo el concepto de unión nacional, pretenden destrozar las diferentes características y condiciones que nos unen. Somos colombianos porque somos diferentes, afirmó, por ello niegan el papel transformador de la educación; refrendado en la necesidad de investigar nuestras raíces para sabernos hoy y construir el futuro libre de injusticias y exclusión.
Juanita Lectora consideró a la educación como el proceso inacabado de interacción entre las instituciones escolares y las comunidades que conforman el país. Interacción fundamentada en las diferencias y contradicciones, contrario al objetivo de hacernos parecer iguales, pensar de la misma manera y odiar a los conciudadanos. Nos obligan a creernos buenos para detestar a los otros, los malos son los demás, agregó, algunos se atreven a maldecir: ¡somos malos por naturaleza!
Rusbel Caminante consideró a las universidades públicas como aquellas instituciones indicadas para avanzar las respuestas a la pregunta ¿Quiénes somos? Sobre la investigación como búsqueda metódica, permanente y con propósitos sociales de luchar contra los problemas sociales, culturales y científicos que nos aquejan, dichas instituciones deben liderar el derecho que tenemos de soñar una Colombia diferente y que otra realidad es posible. Comentó, con razón Paulo Freire en Pedagogía de la esperanza, dijo, “En realidad ningún colonizado, ya sea como individuo o como nación, sella su liberación, conquista o reconquista su identidad cultural, sin asumir su lenguaje, su discurso, y ser asumido por ellos.”
Sin cultura no existimos, pensó Rusbel Caminante, por ello ¿Quiénes somos?, sería la pregunta matriz de las instituciones educativas para reorientar las discusiones sobre los distingos culturales, valores y costumbres que nos identifican y valoran como país. Un proyecto colectivo de nación, no tiene valor tangible, expuso Rusbel, se concreta en tomar lo mejor de nuestra cultura, de las artes y las ciencias para formar ciudadanos orgullosos de vivir con los otros y profesionales comprometidos. Proyecto de país necesario de apropiar, lo indicó José Saramago, escritor portugués: La identidad de una persona consiste, simplemente, en ser, y el ser no puede ser negado.
Juanita Lectora apreció la importancia del proceso de construcción cultural que permita saber quiénes somos y por qué somos así para reconocernos recíprocamente y respetarnos. Creyó que además de comprender el pasado, es necesario comprometernos con la construcción del futuro, como muestra que por fin entendemos quienes representan al país y quiénes mienten para perpetuarse en el poder. Recordó que los enemigos entre los colombianos son construidos por aquellos reacios al cambio. Como lo afirmó el escritor Umberto Eco en El cementerio de Praga, “El enemigo es el amigo de los pueblos. Hace falta alguien a quien odiar para sentirse justificados en la propia miseria.”