Carlos Julio Ciro: rector ejemplar

29 agosto 2024 10:30 pm

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Por: Fernando Elías Acosta González *

Es menester citar nuevamente a la siempre recordada escritora mejicana María Rabatté, por uno de sus poemas más conocidos: “En vida, hermano, en vida”. Y lo hago, para desde este espacio institucional del Colegio de Abogados del Quindío, exaltar la vida y la trayectoria ante todo de un gran ser humano, una persona íntegra: Carlos Julio Ciro Espinosa, rector de la Institución Educativa Luis Granada Mejía de Barragán, en jurisdicción del municipio de Pijao. De él sí puede afirmarse sin lugar a vacilaciones, que es un verdadero maestro, porque enseñar con el ejemplo, dan prueba fehaciente de su coherencia, su rectitud y su honestidad.

Por lo general, de la mayoría de las personas que se han labrado un nombre, una reputación, que logran un reconocimiento social, sólo conocemos “la cara visible”, pero desconocemos qué hay detrás de los éxitos obtenidos, de las posiciones destacadas que han alcanzado. Y este querido, admirado y respetado directivo docente, no es la excepción. No hemos querido dejar pasar por alto justamente la celebración de los 46 años del “colegio de sus amores”, que se cumplieron el pasado 27 de agosto, para reseñar a grandes ‘pinceladas’ lo que ha sido una existencia marcada – en sus inicios – por múltiples necesidades y en condiciones socioeconómicas muy complejas.

Pero pudieron más su tesón, su esfuerzo y su sacrificio; sus ganas de salir adelante, de forjarse un futuro. Lo que le faltó en lujos y comodidades, fue prodigo en claros y férreos principios y valores de sus amados padres; un papá y una mamá que desde la eternidad tienen que estar muy orgullosos de este hijo tan especial; de una simpatía contagiosa, de una sencillez “que encanta y que enamora” – como dirían las señoras. “Ese rector es un amor”, me comentó en estos días una joven periodista de un medio local. No sólo su adorada hija Paula Andrea, sino también centenares de estudiantes que han pasado por ese claustro de formación, han tenido en este matemático uniquindiano, una figura digna de imitar.

Estos no son sentimentalismos ni mucho menos palabras de falsa adulación. Son los hechos lo que han refrendado el por qué reconocer, exaltar y de cierta manera rendir homenaje a un profesional (que hubiera querido ser médico) que es modelo en el escenario educativo y también un referente en nuestro entorno social. Hace más de diez años atrás, el Ministerio de Educación quiso seleccionar a los mejores rectores, y nuestro magíster en administración educativa, ocupó el primer lugar en el Quindío y décimo a nivel nacional.

Con la humidad que lo caracteriza, pero sí orgulloso por ser consciente de donde viene y hasta donde ha llegado, recuerda con sentida emoción, que – siendo bachiller agropecuario – en 1986 le dieron la oportunidad de trabajar como profesor catedrático de agropecuarias y coordinador de modalidades. En 1991 lo designaron docente de tiempo completo en matemáticas y coordinador por encargo. En 1996 concursó y lo nombraron coordinador académico y disciplinario. A su ascendente carrera se suma la rectoría, la cual desempeña desde el 2006, año en el que concursó y ganó. 

No hay exageración en decir que la Institución Educativa Luis Granada Mejía es su segundo hogar y uno de “sus grandes amores”. Diciéndolo en su justa medida, ese colegio no sería lo que hoy es, sino fuera por supermanente y demostrado liderazgo, por la dedicación y el esmero con el que ha guiado sus destinos. Por ese gran don de gentes que tiene, se ha ganado el cariño y el respeto – particularmente del cuerpo docente -creando un ambiente de sana camaradería. “Trabajamos tan bueno, el ambiente laboral es tan agradable, que yo de aquí me iré sólo el día que me jubile”, comentó una profesora. “Acá, por fortuna, todavía hay un gran respeto por la figura del maestro. Nos sentimos acompañados y respaldados por la comunidad de padres”, dijo una integrante del equipo líder del colegio

La doble titulación, la jornada sabatina para adultos, el éxito alcanzado tanto con la empresa agroindustrial Sabor del Campo como con la Escuela para Padres, sumado a la sinergia y el gran compromiso de los papás, las mamás y demás acudientes, son motivos más que suficientes para que este ejemplar rector se sienta satisfecho por los logros alcanzados.  Sea la ocasión para agradecerle públicamente a nombre del gremio de los abogados que nos agrupa, su buena disposición y acompañamiento que durante cerca de tres años nos ha brindado, con relación a la labor de asesoría y apoyo que hemos venido realizando con el Resguardo Tata Drúa – pueblo indígena Embera Chamí de la vereda Río Lejos de Pijao, en donde hay una sede del colegio.

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