No más fuego, por favor

29 agosto 2024 10:30 pm

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Aldemar Giraldo Hoyos

Es verdad la desmembración del departamento de Caldas tuvo su origen en el protagonismo de la ciudad de Manizales y en sus acciones de gestión y concentración administrativa, pero, también, se fundamentó en el interés político entre la llamada “clase dirigente”; así nació la idea de que si se contaba con el poder político, representado en el manejo jurisdiccional de un territorio, era necesario propiciar la segregación en Caldas; esta idea nació, desde comienzos del siglo XX en el Quindío y luego, en Pereira..

Así empezó la desmembración de la mariposa verde de Caldas, oportunidad que no desechó la prensa para manejar la opinión; tampoco se puede desconocer que la violencia política de mediados del siglo XXcontribuyó a afianzar esta idea; pero, la determinante fue la incorporación de la clase política, favorecida en ese entonces por la mecánica del Frente Nacional, la cual permitía acceder al poder de manera bipartidista sin importar los resultados electorales; bastaba crear la propia circunscripción electoral para desligarse del departamento de Caldas.

Pero, no se trata de llorar sobre la leche derramada ni de establecer responsabilidades; bien recuerdo como se sustrajeron de ese proyecto, municipios del Valle para conseguir el apoyo de la bancada parlamentaria de ese departamento; en pocas palabras, nací caldense y sigo siendo caldense, pero esta connotación no me hace enemigo ni contradictor de los ciudadanos de Quindío y Risaralda; reconozco que tenemos un origen común (basta recordar la colonización antioqueña) y hacemos parte del Eje Cafetero esa región geográfica, cultural, económica y ecológica de Colombia, con costumbres muy parecidas e idiosincrasias no lejanas; nos movemos de aquí para allá, comemos igual y todavía existen muchos lazos familiares entre los tres departamentos; cuando viajo por El Eje me da dificultad reconocer límites geográficos y me siento en casa.

Las diferencias en la forma de pensar o de estructurar proyectos no nos pueden alejar ni convertir en contradictores de los otros; sin temor a equivocarme digo que somos vecinos, conocidos y familiares, razón por la cual no podemos usar los medios de comunicación para crear barreras o fomentar la tirria entre nosotros; la forma de pensar u opinar de un columnista es individual, particular y no corresponde al sentir de todos los habitantes de su región. Ya es hora de fomentar el diálogo y buscar acuerdos entre nosotros; recordemos que la planeación por regiones favorece el uso racional de los recursos y el alcance de logros de gran envergadura.

Somos quindianos, caldenses o risaraldenses, pero nos une la herencia y un sueño común.

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