Álvaro Ayala Tamayo
Dice la mitología venezolana que los padres del fascismo europeo, Benito Mussolini y Adolf Hitler, parieron a escondidas un hijo en Latinoamérica, Nicolás Maduro. Y que hoy, al verdugo dictador su pesadilla negra, Jesse Owens, le reapareció transformada en mujer: Corina Machado.
Es verano, época de Olimpiadas y la historia de los juegos de Berlín, 1936, se repite. Corina ganó el oro de la democracia y el Führer, Maduro, está incómodo y furioso en las tribunas (Miraflores). Su magno evento se convirtió en la vitrina de su opositora. A Machado la aplauden y admiran, a él solo tres lo apoyan.
Esa dictadura comunista/fascista venezolana le ha hecho más daño al presidente Gustavo Petro Urrego, que, al travesti político, Maduro. A un cínico desprestigiado nada le importa.
Al único que ha derrotado el gordo, es a su propio pueblo. El perverso acto equivale a que un padre calme la sed tomándose el tetero de su bebé.
Maduro salió muerto de su «victoria», y sus Goebbels de propaganda, López Obrador, Lula y Petro, en el papel de taxidermistas intentan revivirlo. Llevaron un desfibrilador hasta la nevera de medicina legal y el forense en el acta de defunción ya había firmado: «carece de corazón».
Sí, en Colombia hubo paramilitarismo puro. Pero, en Venezuela hay narcoparamilitarismo duro y maduro. Su centro de gravedad es su aliado vecino, el presidente Gustavo Petro. El que peca y reza mata. Aquí no empata porque se trata de la supervivencia del pueblo estrangulado por un dictador de izquierda.
¿Cómo se llama el hecho de marcar con una X las casas de los opositores para secuestrarlos y desaparecerlos en la madrugada? Fascismo. Qué alguien me diga si ha visto a mi hijo, preguntaba la doña. Quién imaginaría que » Desapariciones» la mítica canción del maestro Blades, para reclamarle a la derecha y su bota militar, hoy suena para denunciar a la izquierda y su bota narcoparamilitar? Los pisó la historia. Huelen a pacueca. Hieden.
Al presidente Petro le faltó democracia y algo más para reconocer el triunfo de Edmundo González. Su rima barata es cuestión de borrachos que no quieren pagar la cuenta al amanecer. Los fascistas de derecha son tan repugnantes como los de izquierda. No nos echen el cuento que el fascismo es exclusivo de la derecha. Entre ambas ideologías supremacistas han asesinado a millones de seres humanos. Hoy sus muertos se contabilizan en Caracas y toda Venezuela.
A las mazmorras donde Maduro mete a los opositores les dicen Auschwitz.
Maduro heredó los vicios de sus padres Hitler y Musolini. Su ego de megalómano proviene de la falta de amor de madre. Qué entre el desgraciado, diría Laura, ícono peruano del amarillismo televisado. Corina le está enseñando de qué están hechas las mujeres.