Luego de 3 meses de formación en el Batallón de Instrucción y Entrenamiento N.° 8, ubicado en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, 400 soldados juraron ante el pabellón nacional ser los protectores de la patria.
Estos jóvenes cumplieron con los requisitos y actuaron con disciplina, valor y sacrificio.
Están listos para servir con entrega y profesionalismo su deber como ciudadanos colombianos, en la defensa y soberanía de la nación, fieles a los principios y valores institucionales, enmarcados en la ética y el respeto por la sociedad y la familia.
El coronel Francisco Javier Agudelo Carrillo, segundo comandante y jefe de estado mayor de la Octava Brigada, presidió la ceremonia, expresando el honor que siente al comandar a sus valerosos hombres y mujeres: «Ustedes, como soldados, me hacen sentir orgulloso de ser comandante de la Octava Brigada; de tenerlos bajo mi mando, y le pido a Dios que los guíe y los proteja en esta trayectoria que emprenderán con todos los honores a partir de hoy».
De igual manera, manifestó que, expresó su gratitud a todos ellos, por tomar la decisión de pertenecer al Ejército Nacional y a sus familias, por confiar a sus hijos, hermanos y seres queridos a la Institución, que propende en orientarlos con disciplina y respeto para que sean excelentes soldados y sobre todo, seres humanos capaces de afrontar los desafíos de la sociedad.
«La Octava Brigada, unidad adscrita a la Quinta División del Ejército Nacional, invita a los jóvenes de los departamentos de Risaralda, Quindío y Caldas a incorporarse al glorioso Ejército Nacional, portar el uniforme con honor y sumarse a proteger la tranquilidad que caracteriza al triángulo del café», manifestaron las autoridades.










