Charlye Hincapié Tangarife*
Toda muerte por suicidio es un hecho sumamente triste. Es extremadamente doloroso para los familiares cercanos y amigos que quedan y no pueden entender la razón de lo sucedido. Inevitablemente, su tristeza se multiplica al preguntarse qué podrían haber hecho para prevenir la muerte prematura.
No podemos seguir pasando por alto el suicidio. En algunos países, la prevención del suicidio ocupa un lugar importante en sus agendas, pero muchos otros siguen como el nuestro sin comprometerse. Las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) y del Plan de Acción sobre Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud para reducir la tasa mundial de mortalidad por suicidio no se lograrán a menos que transformemos nuestros esfuerzos encaminados a realizar acciones eficaces para prevenir el suicidio.
El suicidio es un problema de salud pública importante, pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, esto corresponde a una muerte cada 40 segundos, según la OMS, y desde que este organismo declaró al COVID-19 como una pandemia, más personas están expuestas a pérdidas y situaciones que les causan mucho sufrimiento y estrés que los lleva a tomar esta terrible decisión.
Es por esto que es más importante que hablar de las estadísticas de suicido, centrarse en la prevención del mismo y es allí donde toma una especial relevancia el crear verdaderos vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza al que lo necesite, el acercarse a sus seres queridos o conocidos, preocupándonos por su salud mental y su bienestar, este solo hecho podría salvar vidas.
El suicidio es prevenible, obvio esto conlleva una intervención oportuna; en junio de 2021, la OMS lanzó LIVE LIFE – (Vivir la Vida), en inglés y francés, y es una guía de implementación que consta de cuatro intervenciones clave para prevenir el suicidio en todo el mundo, lo cierto es que si todos los sectores, tanto como la sociedad, el gobierno y las partes interesadas se involucran de manera activa en un esfuerzo colaborativo para tratar este tema del suicidio se puede frenar el aumeno de este flagelo que dia a dia viene en aumento.
El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, y los intentos de suicidio anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida.
Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica. Algunos factores de protección son las relaciones personales sólidas, las creencias religiosas o espirituales y las estrategias de afrontamiento, prácticas de bienestar positivas, mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio.
Por ejemplo, el suicidio impulsivo puede prevenirse restringiendo el acceso a los medios letales. Sin embargo, la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente que busque ayuda; el subregistro y la clasificación errónea, son problemas más importantes en los suicidios que en otras causas de muerte, debido a su sensibilidad y a su ilegalidad en algunos países. El reto es real y hay que tomar medidas.
Los pilares básicos según la OMS para la prevención del suicidio son: El análisis de la situación, la colaboración multisectorial, la sensibilización y promoción, el desarrollo de las capacidades, el financiamiento y vigilancia, así como el monitoreo y evaluación.
Estos pilares son los que abarcan el contexto de la prevención de este flagelo. Teniendo en cuenta que es importante visibilizar que la conducta suicida es en efecto el peor desenlace en salud mental, en Colombia el Ministerio de Salud y Protección Social pretente como medida de prevención, acompañar a los actores del sector salud y otros que intervienen en él, en la ejecución de acciones que impacten los determinantes sociales de la salud de una manera integral e integrada, donde sea de vital importancia respetar los derechos humanos, la intersectorialidad, la interseccionalidad y la participación comunitaria.
Es por esto que se plantea la estrategia nacional para la prevención de la conducta suicida en Colombia, la cual delimita unos componentes basicos para la prevención y abarca los elementos diferenciales que deben ser considerados bajo varios aspectos como es el curso de la vida, el género y hasta la pertenencia etnica.
En todo caso y viendo el panorama completo, este tema de la conducta suicida y su prevención, más que todo su prevención nos habla de que en esta era digital que igual va creciendo dia a dia, no debemos olvidarnos de que somos seres humanos y que nos rodeamos de seres humanos, que pertenecemos a un mundo real donde pasan cosas reales y que solo nos estamos quejando por las cosas que pasan, pero no nos preguntamos el porqué, el cuándo, el cómo o el dónde, y la respuesta está en el aquí y el ahora, en este momento, con las personas de carne y hueso que estan a nuestro lado a nuestro alrededor, dejemos un poco la tecnologia a un lado y seamos mas personas, generemos mas y mejores vinculos interpersonales pero en persona, miremos al prójimo a los ojos, preguntemos como está pero no nos quedemos con su respuesta, revisemos si esta concuerda con su comportamiento, es solo cuestión de fijarse en los pequeños detalles que sin duda alguna harán una gran diferencia.
*Psicóloga
Operador Terapeuta en Drogodependiencias y Adicciones
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