Aldemar Giraldo Hoyos
“Las redes sociales como X están echando leña al fuego racista que envuelve a un sector del Reino Unido”; el gobierno británico está decidiendo ahora mismo cómo responsabilizar a estas empresas de su papel; los ingleses exigen medidas contra la propagación del odio de la ultraderecha.
En la petición de firmas en las redes se lee: “La ultraderecha desató una ola de violencia en Irlanda y el Reino Unido. Turbas arrasaron pueblos y ciudades, quemaron bibliotecas y bancos de alimentos y destrozaron hoteles que alojaban inmigrantes. El odio y el miedo están presentes”.
Si por allá llueve, por aquí no escampa: las redes sociales, como Twitter, Instagram y WhatsApp están permitiendo que la desinformación peligrosa se propague libremente y esto ayuda a la ultraderecha a difundir su odio e incitar a la violencia en línea.
El gobierno colombiano debe decidir, ahora mismo, cómo pedir una rendición de cuentas a las empresas de redes sociales; es hora de exigir una investigación pública sobre X y otras empresas tecnológicas que alimentan el odio y la violencia; debemos pedirle al gobierno colombiano que pare la incitación a la violencia en internet; que se abra una investigación pública ya. Lo grave es que muchos internautas reenvían mensajes de odio y violencia sin mirar, al menos, los contenidos; el odio se propaga por tratarse de ataques a un gobierno por ser de izquierda; no es raro que los usuarios lleguen hasta la cima y pidan lamuerte del gobernante sin haber recibido daño alguno o desconociendo la verdadera realidad del país. algunos políticos opositores, disfrazados de periodistas y, a veces, de influencers, siembran y propagan un odio inmisericorde que se multiplica, gracias a muchos áulicos e irresponsables.
Muchas personas creadoras de contenidos (la mayoría de las veces, mal redactados) actúan como verdaderos extremistas y avivan la polarización y el odio, fundamentados en suposiciones, pero, sobre todo, en el odio que enceguece e impide ver más allá de la nariz; esta desinformación corre como el viento por las redes, lo cual lleva a muchas personas a protestar y, por qué no, atacar físicamente a sus antagonistas. Esto es posible debido a que los ejecutivos de las redes se cruzan de brazos mientras llenan sus bolsillos de dinero como resultado de la amplificación de desinformación o malinformación que se difunde. Es hora de tomar medidas en el asunto contra Elon Musk y los otros magnates de las redes sociales; los violentos y los multiplicadores no nos pueden llevar al abismo.
Como decía mi abuela: “Cuando odias a una persona, odias algo de ella que forma parte de ti mismo”
