Carlos Alberto Agudelo Arcila
PASA A RAS del arte de pensar bien, el veedor de la ignorancia.
ANTES DE ENTERRAR el puñal, pinta un carro fúnebre en la piel de cada una de sus víctimas.
CON FERVOR, religiosidad y veneración levanta un altar a la acidez, como agradecimiento a la cosecha de un limón.
NO SOPORTA OLOR nauseabundo, en la tumba imaginada por él.
ESCUDRIÑA LA NOCHE, el día, la luz y la oscuridad en el cubo de hielo por derretirse.
LA MUERTE EFUSIVA ante el arribo del agonizante.
PERFIL DEMACRADO DE la remolacha sin vida.
NO DUDAR DE las propiedades nutritivas del huevo alquímico, sobre la cuerda floja.
CENTAURO TRAS LA sombra de su jinete.
DESPLUME DE PALABRAS en peleas de gallos.
EN CÁSCARAS DE bananos resbalan catedrales, seres humanos, calleshasta caer en el abismo surreal.
FIERAS DEVORAN SILUETAS pútridas.
LA SOMBRA DEL FILO corta la sombra del índice, hasta desangrarseen sombras la mano.
SOBERBIAS DERRUMBAN BLANCURAS, sin compasión…
EL REFLEJO DEL cordero, amenaza devorar la poética del azul enfangado.
LUNA LLENA, cada luciérnaga en el guadual.
LEVANTA CASTILLO DE naipes, en la cúspide del firmamentonublado.
CAE GRANIZO SOBRE el pueblo humedecido de pensamientos esquimales.
EXTIENDE SU MANO de limosnero entre el ojo de la aguja.
EL SUEÑO DEL PESIMISTA contagia de pesadillas a la humanidad.
PORQUE PRONUNCIA PALABRAS por callar, se apresura a coser labios de la humanidad.
SALTOS, DE rama en rama, traen a su memoria su ancestro simiesco, antes de estrellarse el avión donde viaja.