Los cuatro grandes y millonarios contratos que el Gobierno del Quindío ha hecho, desde el pasado mandatario Roberto Jairo Jaramillo y el actual Juan Miguel Galvis, han sido tercerizados, como una forma de evadir una licitación pública nacional para la dotación de las llamadas aulas steam en los colegios del departamento. Se hace un convenio con una Fundación, sin ánimo de lucro, y esta, a la vez, abre un concurso para que alguien suministre los elementos. Los contratos superan ya los $50.000 millones, según la denuncia que hace hoy en EL QUINDIANO el columnista Émerson Castaño.