Codependencia… una adicción más

16 agosto 2024 10:30 pm

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Charlye Hincapié Tangarife*

Desde el principio de los tiempos, los seres humanos hacemos cosas que a los ojos de hoy etiquetamos como “codependientes”, nos preocupamos por otras personas, hasta el punto de enfermarnos nosotros mismos tratando de ayudar a los demás de maneras desmedidas; diciendo si cuando queríamos decir no, hemos hecho hasta la imposible con tal de evitar lastimar a alguien, aunque al hacerlo nos lastimemos a nosotros mismos, hemos creído en miles de mentiras y luego nos sentimos traicionados.
Hablando de los inicios de éste concepto de la codependencia como tal, se sabe que apareció en escena del tratamiento psicológico a finales de la década de los setenta, pues emergió simultáneamente en varios centros de tratamiento de adicciones en Minnesota Estados Unidos, que fue el epicentro a nivel mundial de los centros de rehabilitación para las dependencias químicas y de los programas de los doce pasos para los trastornos compulsivos; Originariamente se utilizó esta palabra para describir a las personas que tenían una relación íntima con alguien que, al mismo tiempo sufría de una dependencia a alguna droga, en los inicios era al alcohol, o a la pareja.
Los investigadores de la época, notaron que las personas desarrollaban un patrón bastante particular y muy poco sano, observando que había personas que dependían de otras que, a su vez, éstas dependían de alguna cosa que podría ser el alcohol, las drogas, el juego como ya se dijo anteriormente.
La dependencia es algo terriblemente humano, y como tal, es más normal de lo que creemos, el problema es cuando la dependencia se transforma en un patrón repetitivo en nuestras vidas, cuando es excesivo, cuando condiciona todo lo que hacemos, lo que somos, cuando no puedo vivir sin esa persona, sin esa sustancia, sin esa relación, sin esa droga, sin ese trabajo, cuando algo externo a mi hace de mi vida algo incontrolable e insoportable.
La codependencia puede mantenernos en relaciones destructivas que no funcionan, saboteando relaciones que en otras condiciones si hubieran funcionado y nos impide encontrar paz y felicidad con la persona más importante en nuestra vida…. NOSOTROS MISMOS. Lo paradójico es que todas estas conductas pertenecen a la única persona que podemos hacer cambiar… a nosotros mismos, pero al mismo tiempo esto es esperanzador, esto quiere decir que si nos ponemos manos a la obra podemos cambiar esta condición y el primer paso es detectar que estamos en esta dinámica y aceptar que es algo real en nuestras vidas, ya después de eso, de que se crea conciencia de ello, se puede empezar a trabajar en salir de allí.
En sus primeros 10 años, una persona desarrollará los cimientos de la personalidad que lo acompañarán durante toda su vida, es en las vivencias de estos primeros años, donde descubriremos el por qué somos como somos, por qué pensamos así, por qué hacemos lo que hacemos, que mecanismos tenemos arraigados y por qué los hemos desarrollado, cómo nos relacionamos con otros y con nosotros mismos; básicamente se determina el cómo fueron construidos nuestros cimientos y esto es muy importante, porque si durante esos primeros años tuvimos necesidades que no fueron cubiertas, si hubo algo que no se recibió en ese momento tan importante, vamos a seguir buscándolo por el resto de nuestras vidas.
La codependencia viene de cimientos débiles que se construyen con trauma, violencia, abandono, poco cuidado, nulas demostraciones de afecto, frialdad emocional y necesidades de cariño insatisfechas; Los hábitos codependientes son autodestructivos, implican un sistema habitual de pensar, de sentir y de comportarnos hacia nosotros y hacia los demás que nos causa dolor; La dependencia y la codependencia suelen confundirse, pero no son lo mismo; las dependencias emocionales son muchas, se da cuando la persona necesita o depende de otra para ser feliz, es decir usa a esa persona para que llene sus vacíos y es por eso que le da terror perderla, siente que si esta persona se va, prácticamente se siente morir. El patrón de la codependencia son las llamadas relaciones adictivas, todas esas relaciones que nos impiden tener independencia, autonomía, libertad, es como si se volviera adicta a la persona, se obsesiona con ella y su modo de pensar, de actuar y toda la vida del codependiente gira en torno al otro, es así como aman muchísimo a la otra persona más que así mismos, incluso a costa de su detrimento y es muy difícil para los codependientes considerar sus propias necesidades y deseos, porque toda su energía está puesta en cuidar, que en realidad es más bien controlar al otro, también sienten la necesidad de ayudar y preocuparse por su bienestar, ignorando el propio y su felicidad; algo muy importante que caracteriza al codependiente es que necesita ser necesitado, suele ser una persona obsesiva y en cierto modo manipuladora, pues pasa todo el tiempo pendiente del otro, quiere saber lo que piensa, desea y hace, se anula a ella misma por completo y queda a merced de la persona de la cual depende.
Tanto la dependencia como la codependencia se caracterizan por la inseguridad, el miedo intenso al abandono y la necesidad de aceptación y afecto, lo que cambian son sus estrategias, en la dependencia emocional se busca todo el tiempo la aprobación y el cariño de la otra persona, mientras que en la codependencia se vuelve indispensable en la vida del otro, se muestra como su salvador y es dependiente de la dependencia de la otra persona hacia él, se vuelve imprescindible con tal de asegurar que la otra persona se quede y evitar el abandono, es decir se vuelve adicto a esa persona y sus problemas, es como ayudar a un alcohólico a seguir bebiendo, y la persona alcohólica ayuda al codependiente a seguir siéndolo, con tal de no asumir su problemática; y así se unen en un ciclo destructivo.
¿Y por qué una persona es codependiente y otra no?, para responder a esta pregunta nos tenemos que remitir a como se dijo antes, a los orígenes de la persona, puesto que en esta etapa de la vida es donde se cimientan tanto la dependencia como la independencia y es que existen dos causas principales de fondo y son el trauma y ansiedad, para explicarlo mejor hablemos de un niño de tres años que depende enteramente de sus figuras de apego (mamá y papá), y una de las lecciones más importantes que va a aprender de ellos, es la capacidad de confiar en otras personas y de confiar en si mismo, lo saludable sería que el bebé sienta que sus padres son una base segura, que son eso a lo que siempre el puede volver sabiendo que lo esperan, solo así el bebé será capaz de alejarse y explorar el mundo, porque sabe que cuando vuelva ellos estarán allí para cobijarlo, para cuidarlo, pero si al contrario los padres son ausentes, o lo abandonaron, o castigaron, o violentaron, o eran padres que estaban tan metidos en sus propias discusiones que hasta se olvidaron de su hijo, todo esto deja la sensación al bebé de que las bases son inseguras, y cuando la base segura no está, se generan estilos de apego que en psicología los llamamos apegos inseguros y es ahí donde están las raíces de las dependencias emocionales, el no haber tenido una base segura.
Hay que tener en cuenta que tener esta condición no significa que seamos malos, o defectuosos o inferiores, algunos de nosotros aprendimos etas conductas desde niños para protegernos y otros las aprendieron más tarde a lo largo de su vida, pero lo bueno es que para todas ellas hay solución, de hecho hay muchos rasgos de personalidad que pueden encajar en esta dinámica de la codependencia, pero para llegar a reconocer que alguien o que nosotros mismos somos codependientes lo esencial es hablarnos a nosotros mismos con la verdad, dejar a un lado la negación y ser honestos; Reconocer que somos codependientes o que alguien cercano es codependiente no es algo que se logre de un día para el otro, porque es algo que implica aceptar algo que duele y hay experiencias dolorosas de fondo, es decir es todo un proceso.
Para finalizar hay que precisar entonces que la clave para tratar la codependencia no está en las otras personas, está en nosotros mismos, en la manera en que permitimos que la conducta de otra persona nos afecte y en la forma en que tratamos de controlarla, en los cuidados obsesivos, ayudadores, en nuestra baja autoestima que raya en el odio hacia nosotros mismos, en el exceso de ira y de culpa, en la atracción y la tolerancia hacia lo dañino, lo bizarro, en el estar centrado en los demás que nos lleva al propio abandono de nosotros mismos, en los problemas de comunicación, de intimidad y en una continua destrucción, trabajar la codependencia no significa que nos debeos alejar de los demás de manera fría y hostil, desapegarnos es alejarnos de esta situación o personas con amor, básicamente entendiendo y aceptando que cada persona es responsable de sí misma y que no podemos resolver problemas que no nos corresponden solucionar, que más bien debemos atender nuestros propios asuntos, que si las personas van por la vida fabricándose problemas a sí mismas, tenemos que darles la libertad de ser responsables y asumir sus consecuencias pues solo así se puede madurar.

  • Psicóloga
    Operador Terapeuta en Drogodependiencias y Adicciones
    Tel: 304 533 6056
    @: [email protected]
    Instagram: @psycochar_

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