Por Miguel Ángel Rojas Arias
Cuando le pregunté a Alberto Gómez Mejía, fundador y presidente del Jardín Botánico del Quindío, sobre lo que había ganado y gana hoy con el Jardín Botánico, no dudó un instante de responder: “Yo gano un salario emocional”. Este hombre, de 74 años, que fue alcalde de Armenia en 1975 cuando apenas frisaba los 27 años, y repitió dos años después en 1977, dedicó su vida a la conservación del medio ambiente en el Quindío y logró, como un Quijote de los Andes de Quindío, que la región tuviera un Jardín Botánico, envidiado en todo el mundo, porque fue hecho en un bosque nativo de 14 hectáreas.
¿Cómo es un salario emocional?, le pregunté a Alberto Gómez, y, con los ojos encharcados y la voz cortada me respondió: “La dicha inigualable de ver un niño persiguiendo una mariposa o hablando con un ave en el Jardín Botánico del Quindío”.
Alberto Gómez Mejía es el invitado de EL QUINDIANO en VIVIR PARA CONTARLO. Entrevista completa en el siguiente vídeo.
