Iván Restrepo
El tema que traigo hoy para ustedes, mis apreciados lectores, cobra amplio protagonismo en destinos turísticos “verdes”, en los que la naturaleza juega papel protagónico, muy por encima de otras modalidades de turismo. Son las autoridades regionales que tienen que ver con el tema quienes deben asumir un papel protagónico a este respecto, pero, confieso, es poco lo que veo en relación con el rastreo de la huella de carbono en nuestra región, razón por la cual hago este aporte para que, quienes estamos en el sector, empecemos a pensar en el tema.
La huella de carbono en el turismo se refiere a la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO₂), generadas por las actividades relacionadas con el turismo. Esto incluye tanto los viajes, como la estancia y las actividades realizadas por los turistas.
Los grandes operadores de turismo en el mundo, sean estos Mayoristas, Tour Operadores, Agentes especializados, o también empresas dedicadas al turismo de vuelos chárter hacia países en Latino América, África, Asia y otros, adicional a otros requisitos, están conscientes de esta necesidad y optan ahora por exigir a prestadores de servicios tales como hoteles, transportadoras, restaurantes y otros que, para tener acceso a sus clientes, deben demostrar que están llevando a cabo prácticas para paliar el fenómeno de la huella de carbono.
Fuentes principales de la huella de carbono en el turismo:
Transporte: El transporte, especialmente el aéreo, es una de las principales fuentes de emisiones de carbono en el turismo. Los vuelos internacionales y nacionales son responsables de una gran parte de las emisiones debido al consumo de combustibles fósiles. Los viajes en automóvil también contribuyen significativamente.
Alojamiento: Los hoteles y otros tipos de alojamiento también generan una huella de carbono considerable. Esto incluye el uso de energía para la climatización, iluminación, calefacción de agua y el mantenimiento general de las instalaciones.
Actividades turísticas: Las actividades que realizan los turistas, como excursiones, deportes al aire libre, visitas a lugares turísticos y el consumo en restaurantes, también contribuyen a las emisiones. Algunas actividades, como los deportes motorizados, tienen un impacto mayor que otras.
Consumo de recursos: El turismo también puede aumentar la demanda de recursos naturales, como el agua y la electricidad, lo que puede resultar en un mayor uso de combustibles fósiles y, por ende, un aumento de las emisiones de carbono.
Estrategias para reducir la huella de carbono en el turismo:
Transporte sostenible: Promover el uso de medios de transporte con menor huella de carbono, como trenes, vehículos eléctricos o compartir vehículos, y fomentar el turismo local para reducir la necesidad de vuelos largos.
Eficiencia energética en alojamientos: Los hoteles pueden adoptar prácticas de eficiencia energética, como el uso de fuentes de energía renovable, la implementación de sistemas de iluminación y calefacción eficientes y el reciclaje de agua.
Turismo responsable: Fomentar actividades turísticas que tengan un bajo impacto ambiental, como el ecoturismo, el turismo cultural o el turismo comunitario.
Compensación de carbono: Los viajeros pueden optar por compensar sus emisiones de carbono a través de programas de reforestación o invirtiendo en proyectos de energía renovable.
Reducir la huella de carbono en el turismo es crucial para mitigar el cambio climático y preservar los destinos turísticos para las futuras generaciones.
Invito a mis colegas del Quindío a poner estas y otras practicas y a su vez, compartirlas con sus clientes de forma tal que ellos estén conscientes de qué está haciendo usted por el planeta; invítenlos a difundir un mensaje alusivo a sus prácticas; estoy 100% seguro que para su establecimiento o servicio va ser muy positivo.
Hasta la próxima,
