Emerson Castaño
Al principio del año 2024, el alcalde de Montenegro, Gustavo Pava, estaba desesperado debido a la demora en el nombramiento de su amigo personal, José Alejandro Guevara, como gerente de Empresas Públicas del Quindío (EPQ).
(José Alejandro Guevara y Gustavo Pava)
La estrategia diseñada al interior de EPQ, para corresponder a las pretensiones del alcalde de Montenegro, consistió en armar un triunvirato integrado por alcaldes, incluyendo a Gustavo Pava. Ellos lo llamaron “asamblea de alcaldes”, figura que no existe en los estatus de la empresa en mención. Además, lo hicieron para obstruir por completo el camino al accionista mayoritario (gobernación del Quindío) para que no les dañara la fiesta.
El triunvirato, integrado por Gustavo Pava (alcalde de Montenegro), Juan Manuel Rodríguez Brito (alcalde de Quimbaya) y Julián Andrés Peña Sierra (alcalde de Circasia), tenía claro desde un principio que, en la persona de José Alejandro Guevara, debía de recaer la gerencia de EPQ. Nadie podía tener la más mínima posibilidad de entrar a competir por el cargo. Todo estaba arreglado a favor del señor Guevara. Aunque se presentarán todas las hojas de vida para concursar por el cargo, nadie podía reclamar igualdad de oportunidades.
El líder del triunvirato (Gustavo Pava) sabía su relación de amistad que aún conserva con el señor Guevara. Sin embargo, omitió la configuración de conflicto de intereses (entre otros delitos de tipo penal y disciplinarios). Y más bien, aplicó con más fuerza su abuso de poder y extralimitaciones de funciones para beneficiar a su amigo. Una recusación, instaurada por el señor Humberto Piedrahita Ruiz, y finalmente secundada por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Quindío, evidenció ampliamente dicha relación.
Los tres arrogantes alcaldes en el momento de los hechos, sabían lo que estaban haciendo. La arrogancia se incrementó y el odio frente a las recusaciones interpuestas se hizo más notorio en la siguiente respuesta: “En reunión de la Junta directiva desarrollada el día martes 23 de enero de 2024, la mayoría de los mismos adoptó la decisión de RECHAZAR las recusaciones formuladas, toda vez que las mismas no cumplen con los requisitos mínimos establecidos por el ordenamiento jurídico para que las mismas procedan…”–ver la recusación completa–.
Con este mismo tono arrogante le respondió el abogado defensor de EPQ al Tribunal de lo Contenciosos administrativo: “…mediante apoderado contestó la demanda y, se opuso a las pretensiones de la misma, asegurando que, (…) la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo carece de competencia para pronunciarse sobre la legalidad de un acto eminentemente de derecho privado…”. Los arrogantes, por poco se atreven a decirle a los magistrados del tribunal que “no sean metidos, aquí mandamos nosotros”.
El tribunal de lo administrativo no comió cuento y, por el contrario, aceptó los argumentos presentados en la demanda por el señor Alejandro Rodríguez Torres y la señora Angela María Agudelo. Además, aceptó el argumento presentado por la procuraduría al considerar que “no estamos ante un vicio accidental sino de un vicio sustancial…”. El mismo tribunal ordena anular la elección del gerente José Alejandro Guevara. A los tramposos les ordenó también “retrotraer la actuación al 24 de enero de 2024–fecha en la cual, la Procuraduría Regional del Quindío remitió las recusaciones para que las mismas fueran resueltas por parte de la Asamblea General de accionistas…” (…) “…deberá continuar con el análisis –por parte de la junta directiva–de las 15 hojas de vida”.
Una cosa es lo que ordene el Tribunal Administrativo, pero otra es la que vienen preparando los tramposos de EPQ para atornillar al cargo a su gerente José Alejandro Guevara. Diseñaran la mejor estrategia para llevar el proceso hasta fin de año. El nefasto gobernador Juan Miguel Galvis no se quedará atrás y emprenderá su accionar aduciendo que en el “segundo tiempo del partido hay desquite”. Sería fatal para los intereses de los quindianos si la gerencia de EPQ queda en manos del inepto gobernador. Hay que estar atentos. La procuraduría debería de vigilar el proceso milímetro a milímetro.