Cuan costoso es

8 agosto 2024 11:24 pm

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Roberto Estefan Chehab           

El llamado “modernismo” es un término con connotación manipuladora en la que caen muchas personas que no quieren ser vistas como “retrogradas”. Aunque suene increíble, hay mucha gente que sin sensatez se va acomodando a las invitaciones que constantemente reciben, desde el devenir social, para que acepten cambiar lo esencial, lo valioso, con tal de ser aceptados en grupos que se rigen por la inmediatez de una idea, una rebelión, una propuesta venida de almas conflictualiazadas unidas en grupos, organizadas y dispuestas a traspasar los límites del respeto y las buenas costumbres, que nunca dejaran de serlo por el hecho de ser cuestionadas y agredidas en varios contextos. Y es por eso que la sociedad se encuentra en una crisis profunda. Convivir en paz hoy, se ha tornado difícil por cuenta de esa mala interpretación en la que la cultura social, la educación y los buenos modales, el respeto por las normas, la consideración y la empatía son atributos de tiempos pasados. Quizás usted me refutará o sentirá resistencia a estos discernimientos y sin embargo yo le pregunto: ¿es adecuado que en la sociedad presenciemos constantemente a personas agrediendo a las autoridades que cumplen con su deber? aclaro, no me refiero a la defensa cuando hay abuso, hablo de la cotidianidad: sin ningún recato es común ver a ciudadanos golpeando a policías de tránsito o a otros agentes del orden en funciones normales… ¿y se volvió paisaje? Y en ese orden de ideas, la alevosía de alumnos contra sus maestros o hijos contra sus padres, no como instante de crisis, sino por lo que sea, como una forma de comportamiento en el que la autoridad, la edad, las dignidades, son ultrajadas. En la mal llamada igualdad de género ¿Cuánto tiempo hace que usted no le cede su lugar a una dama? ¿O su silla a una señora gestante, o a un adulto mayor? ¿Por qué? ¿por qué eso ya no se usa? O sea que lo moderno es la grosería y la falta de respeto y consideración. Y, si nos encontramos con grupos que “defienden” sus particularidades, se volvió normal salir a las calles a manifestarse con actitudes, atuendos o casi nada de atuendos, de manera escandalosa y fastidiosa que se convierte en un episodio agresivo y retador en vez de ser una manera de mostrarse con respeto y dignidad que se supone es lo que claman. Y que tal la manera de tratarse entre sí la juventud: con un vocabulario soez, vulgar, feo sin importar que haya niñas en sus grupos (tristemente ellas lo aceptan e incluso lo hacen) ¿eso es no ser retrogrado? Y a la hora de legislar, muchos nuevos actores de la política se van en contra de principios inalienables como lo es la protección a la vida y la gente aplaude. Cuan costoso ha salido el confundir y creer que ser moderno es retroceder al salvajismo. La inteligencia artificial cuando es salida del propio ser, no de unas máquinas, es demasiado artificial y es lo que lleva al caos.  [email protected]    

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