SANGRE Y POESÍA EN LA HISTORIA (Tercera parte)

26 julio 2024 10:30 pm

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Por Francisco A. Cifuentes S.

“Y el hedor a sangre humana me sonríe alegrando mi corazón…”

(Las Euménides. Esquilo)

COMUNIDADES DEL DOLOR Y DEL AMOR

“… y ví salir los primeros contingentes, los muchachitos que nunca supieron

vestirse de soldados y que partían para entrar en el gran hocico de la muerte.” … y

así ingresar a “la comunidad universal del dolor”

(op. cit. P.281 y 286)

Nos rasgamos las vestiduras dizque por el reclutamiento de menores por parte de guerrilleros y paramilitares en Colombia. Pero aún quedo asombrado cuando observo esas fotografías en blanco y negro ya borrosas sobre los escuadrones de niños y adolescentes durante la Guerra de los Mil Días y los bandos de la Violencia Bipartidista. Aún están frescas las noticias de todos los adolescentes sicarios de los carteles de Medellín y Cali, he conversado con muchos jovencitos que han trabajado como picadores en ollas del Eje Cafetero. Y un guerrero o un gobernante de la Antigüedad griega y romana era todavía un imberbe cuando conquistaba, asolaba y reinaba.

Ver los jóvenes de los EE. UU llegando a Viet Nam en vez de continuar en las universidades. Saber que mis amigos de los barrios pobres y los muchachos campesinos y los indígenas más tiernos engrosan las Fuerzas Armadas de Colombia, como carne de cañón frente a la locura ideológica de guerrilleros y paramilitares o de simples narcotraficantes.

Todos se van santiguados por sus padres, llorando por sus novias, los sacerdotes les echan agua bendita e incienso a sus herramientas de la muerte, todavía algunos llevan consigo escapularios, otros lucen tatuajes de recuerdos familiares y amorosos, muchas niñas ven su ascenso social en el servicio militar y policivo, otras se amparan y se modifican bajo la tutela económica de narcos, guerrillos y paras en ciudades y pueblos donde no pueden ni estudiar, ni trabajar o simplemente caen en la promesa del paraíso terrenal, gracias a sus tetas.

A esta hora que me desahogo escribiendo esta perorata y me dispongo a leer o ver televisor, pienso en los miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Ucrania y Gaza que no duermen, no comen, están huérfanos, mutilados, no asisten a las escuelas y menos a las universidades, no van al cine, no conocen los libros y no pueden chatear con su amada o sus amigos.

Pero por más modificaciones sociológicas y económicas siguen existiendo familias, noviazgos, matrimonios, combos de amigos, parceros de toda índole, novelas y poemas de amor, sagas cinematográficas y televisivas donde alguien llora, se abraza y se acuesta con otra persona, nuevamente ensayando el amor o por lo menos acariciando

la carne dulce de un ser que continúa como pretexto para vivir y soñar en este globo o en compañía de los marcianos en algún tiempo no muy lejano.

CODA FINAL

“Opongo entonces la consistencia de un solo rostro humano a las infamantes discusiones del presente, a todas las corrupciones del presente. Opongo así la sola certeza de una cara amada a todas las vergüenzas de una realidad vergonzante, a hombres vergonzantes, a discursos vergonzantes.”

(op.cit. p.223)

No deseo seguir siendo aguafiestas, pero esta última cita de mi sorpresivo poeta y pensador Raúl Zurita, nos permite a todos, creo yo, mirar lo que está sucediendo en el mundo, Colombia y nuestras localidades. El que desee piense, el que no, goce. Pero ninguno escapa a esa vergonzosa realidad que cada día se asoma en la televisión y nos sorprende en las redes. Por eso, con mi autor de esta noche, yo también deseo oponer a la guerra, al exterminio y a la politiquería, el rostro humano, la cara de una amada, un disco y un poema antes de ver el nuevo día.

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