En la foto: Silvio, Eduardo, María Cristina, Ana María, Juan José y Guillermo Baena, hijos del escritor de la novela de colonización «El río corre hacia atrás, de Benjamín Baena Hoyos.
Benjamín Baena vivió una importante parte de su vida en Armenia, pues su abuelo había venido de Cundinamarca a asentarse en las breñas del municipio de Buenavista, donde tuvo simiente la familia del escritor de la novela de colonización “El río corre hacia atrás”. Por estos días, seis de sus hijos, con esposas y esposos, nietos y bisnietos, se reunieron en el hotel campestre La Quinta Porra, y, cada uno, a su manera, contó la historia de su padre y su famosa novela.
El encuentro de los Baena es una fiesta de humor, porque en la familia, entre los hijos de Benjamín, hay un abogado loco, Guillermo, pero también un psiquiatra obsesionado, Eduardo, que dice esquivar a su hermano, no sentarse a conversar con él porque en pocos minutos lo hipnotiza y lo deja en la silla cinco o seis horas escuchándole sus historias.
Una buena parte de los hijos del escritor Benjamín Baena siguió la carrera de su padre, el Derecho, y desempeñaron cargos de notarios, como él. Todos están pensionados, entre 70 y 87 años, pero gozan de excelente salud y, como queda dicho, de un maravilloso humor. Por donde se pasa, en las mesas del refrigerio de las 10:00 de la mañana hay sonrisas, risas y hasta carcajadas.
Silvio, María Cristina, Guillermo, Eduardo, Juan José y Ana María, seis de los ochos hijos de Benjamín Baena sobreviven al siglo XXI, después de los avatares de la vida del novelista y escritor en el tormentoso siglo XX.
Tres recuerdos del padre inolvidable: Cuenta Juan José Baena que su padre le relató cómo nació el nombre de su libro: “El río corre hacia atrás”. Un día, el abuelo Jesús, en Buenavista, entrada la segunda década del siglo XX, empezó a narrarle las historias de los colonos y su batalla por la tierra frente a la empresa Burila de Manizales. En esas, el adolescente Benjamín (había nacido en 1907) le preguntó al abuelo por algo que pasó el día anterior del encuentro entre abuelo y nieto, y aquel no le dio razón. “Abuelo, por qué te acuerdas perfectamente de cosas tan antiguas, y no lo que pasó ayer”, le preguntó el nieto. Y viejo le contestó: Porque en la mente de los viejos, “El río corre hacia atrás”.
El segundo recuerdo es propio del jovenzuelo, para entonces, Juan José Baena, cuando veía a su padre Benjamín escribiendo en una vieja máquina de escribir (que yo conservo, dice Juan José). “Escribía poesía, pero en ese momento estaba escribiendo la novela. Cuando terminó la envió a un famoso concurso de novela nacional que hacía la empresa petrolera Esso, recién creado, en 1961. Ese premio lo ganó Gabriel García Márquez con una novel que tituló: Ese pueblo de mierda, pero que para publicarla cambiaron el nombre por el de La mala hora”.
“A mi papá le devolvieron los originales de su novela, y tras el fracaso en el concurso, empezó a pulirla, a investigar, a conseguir más documentación sobre el tema de la colonización, hasta que la terminó dos o tres años después”, recuerda Juan José. “El río corre hacia atrás” fue publicada por la editorial Valencia Editores en 1980.
Y el tercer recuerdo es la vida profesional y política de Benjamín Baena Hoyos. Fue juez en Sevilla, región del Quindío, también magistrado del Tribunal Superior de Caldas, notario de Pereira y Representante a la Cámara por el partido Conservador, al lado de Gilberto Alzate Avendaño.
Casi toda su familia está radicada en Pereira, algunos viven en Medellín y muy pocos en Armenia. La reunión de la familia Baena para el 2025 ya fue convocada, y todos quedaron tan felices, que volverán a la encantadora finca hotel La Quinta Porra, en el Caimo de Armenia, donde la lejura solo brilla por la imaginación.