Ángel David Castillo Valencia es estudiante de séptimo semestre del programa de Biología de la Universidad del Quindío y ahora se encuentra en el XX Congreso Internacional de Botánica, en Madrid – España, llevado a cabo del 21 al 27 de julio.
Su presencia en el congreso internacional se debe al estudio que Castillo, junto a otros dos investigadores –Rodrigo Bernal y Cristian Camilo Rativa Gómez– ha venido realizando sobre palmeras en el departamento del Quindío, a la luz de su trabajo de grado y de la pasión que desde primeros semestres le generó esta especie vegetal.
Nativas
La investigación, que lleva por nombre “Leaf production rate in native palms of Colombia” pretendió identificar a la tasa de producción foliar en palmas nativas de Colombia y se realizó en dos áreas específicas del departamento: la primera en el Jardín Botánico Quindío que tiene la Colección Nacional de Palmas de Colombia, y la segunda en la Reserva Natural Guadualito, ubicada en el municipio de Montenegro, la cual tiene su propia colección de palmas.
¿Qué nos dice la producción foliar?
La tasa de producción de hojas de las palmas fue el principal foco de la investigación, la cual se le realizó a 500 individuos de palmas recopilados en 130 especies, todas en distintos estados de desarrollo. El estudio se basó en medir cuántas hojas producen en un periodo de tiempo de seis meses.
¿Qué encontraron los investigadores? Que hay especies que tienen un crecimiento demasiado lento como la Palma milpesos (Oenocarpus bataua), que produce una hoja cada seis meses, es decir, para que produzca frutos tienen que pasar aproximadamente 40 años. Asimismo, hay palmas que crecen muy rápido como la Palma amarga (Sabal mauritiiformis), que produce seis hojas cada seis meses y además son hojas tipo abanico, circulares y bastante grandes.
Ese estudio se hizo con cada especie, determinando entonces su tasa de producción foliar que determina, también, la edad de cada individuo.
Conservación del ecosistema
Este estudio, comentó Castillo Valencia, puede aplicarse en cualquier tipo de bosque y determinar la edad de esas especies. “Si dicha especie tiene X años, y así el bosque en ese momento esté deteriorado, quiere decir que hace X años ese bosque tuvo unas condiciones ideales para albergar especies como esa.
“Un caso que lo demuestra es el de la Palma de Cera (Ceroxylon quindiuense) del Valle del Cocora, la cual tuvo un deterioro en su crecimiento en los años 40, momento en el que se realizó tala de la cobertura vegetal introduciendo la ganadería extensiva, lo que generó que esta especie tuviera que optimizar su energía y ralentizar su producción de hojas”, explicó el estudiante uniquindiano.
El director del trabajo de grado de Castillo Valencia es Rodrigo Bernal, especialista en palmas para Colombia y su codirector es Cristian Camilo Rativa, docente de la Universidad del Quindío.