Por Oscar Jiménez Leal
Por estas calendas se cumple un aniversario más de la creación de estas dos entidades que tanto han significado en la historia de la Republica y en el progreso nuestro. Por eso estimo oportuna la ocasión para rememorar algunos episodios que pueden haber pasado desapercibidos o quizás no se les ha otorgado la extraordinaria dimensión que merecen en la memoria colectiva. Por ejemplo, poco recordamos que por la Ley segunda de 1996 el Congreso de Colombia además, de crear el nuevo Departamento, producto de un majestuoso esfuerzo colectivo, creó el Tribunal Administrativo del Quindío con jurisdicción en el nuevo departamento y con la competencia correspondiente sobre todos los procesos que siendo nuestros se tramitaban en el Departamento de Caldas. También creó la Circunscripción Electoral del Quindío donde pudimos elegir nuestros propios senadores, representantes a la Cámara y diputados a la nueva Asamblea.
El Quindío empezó a funcionar como departamento el 1° de Julio de 1966, cuando se posesionó como Gobernador Ancizar López, en medio del alborozo de nuestras gentes y la presencia de numerosas delegaciones y de importantes personalidades como el Presidente de la República, Guillermo León Valencia, algunos de sus Ministros, y don Arturo Gómez Jaramillo, Gerente de la Federación de Cafeteros, noble entidad que financió la conmemoración.
Desde entonces nuestro progreso y desarrollo quedaron ligados a la Federación de Cafeteros en afortunada simbiosis, puesto que en adelante las principales obras se llevarían a cabo mediante convenios celebrados entre el nuevo Departamento y el recién creado Comité de Cafeteros, que nos haría sentir pletóricos de orgullo como Departamento “Joven, rico y poderoso”.
Por su parte, y en paralelo, el 5 de agosto de 1966, un mes después de la puesta en marcha del Departamento, se instaló el primer Comité Departamental de Cafeteros, con un importante presupuesto asignado de $ 11.527.538.69.
Vías terciarias pavimentadas; electrificación de los predios rurales; telefonía para cubrir todo el territorio; acueductos rurales para precaver la contaminación de las aguas; programas de salud para prevenir las enfermedades de los campesinos, y solución al déficit de construcción de aulas escolares, son algunos de los múltiples logros obtenidos a poco tiempo de haberse creado el Comité de Cafeteros, sin que se puedan dejar de lado las labores de extensión que ha venido prestando a los cafeteros con miras a su bienestar social y a la rentabilidad de su producción, como bien lo documentó en su oportunidad el dirigente cafetero Diego Arango Mora.
A propósito de la suficiencia en la construcción de escuelas, recuerdo con agrado una pequeña anécdota, cuando siendo Alcalde de Calarcá recibí en mí oficina a una junta de acción comunal quejosa de que después de dos meses de haberse inaugurado la escuela de su vecindad, el departamento todavía no había nombrado maestros, razón por la cual fuimos ante el Gobernador Ancizar López a transmitirle la inquietud, quien una vez enterado del problema, llamó al Secretario de Educación, Bernardo Ramírez Granada, que respondió no haberlo hecho por cuanto no había niños para matricular en ella. La solución acordada en la reunión fue la de matricular niños de veredas vecinas para darle ocupación a la nueva escuela.
Gracias a esas necesidades básicas satisfechas de la población, y gracias a la visión de futuro de la dirigencia cafetera que hizo realidad la creación de Parque del Café, fue posible desarrollar, en simultánea, la industria del turismo nacional e internacional, que convirtió en amabilísimos albergues nuestras fincas cafeteras y acrecentó el merecido prestigio de la región en el ámbito mundial.
De tal manera que si me preguntasen cuál de las múltiples razones aducidas para justificar la creación del departamento del Quindío es la más importante, diría, sin dudarlo un instante, que lo fue la creación del Comité Departamental de Cafeteros.
Es justo reconocer que mi ciudad, Calarcá, siempre ha sido beneficiaria de la mano generosa del Comité Departamental de Cafeteros, merced a la presencia en su seno de personas como José María Patiño Sáenz, Arturo Palacio Jaramillo, José del Carmen Prieto Valencia, Oscar Jaramillo García o Elías Alberto Mejía Henao, quienes volcaron sus patrióticos empeños en la solución de nuestras necesidades más sentidas.
Bogotá 16 de julio de 2024