Émerson Castaño
Tenían en reserva $570.595.480. La idea era poder gastarse ese dinero, y se la gastaron en algo que, a juicio de algunos, difícilmente podría generar objeciones: en uniformes para niños que estudian en el campo quindiano.
El método defectuoso utilizado para simular igualdad en la contratación consistió en partir la reserva de los 570 millones en dos partes: una parte de dinero para comprar uniformes escolares por la suma de $376.292.280 (clasificado como lote 2), y la otra parte para comprar lo mismo por la suma $194.303.200 (clasificado como lote 1). Un fraccionamiento de contrato con el fin de beneficiar al que tenían que beneficiar.
La gobernación del Quindío, a través de la inoperante secretaria de educación, simuló que otros oferentes habían presentado propuestas que no cumplían con los requisitos exigidos. Tan solo dos oferentes sí tenían las condiciones para hacerlo. Entre los dos proponentes para suministrarles los uniformes a la gobernación del Quindío, se distribuyeron el pastel. Uno de los seleccionados tenía mayor influencia al interior de la gobernación porque le adjudicaron la mayor parte del presupuesto (lote 2). El otro se tuvo que conformar con la mínima parte del pastel (lote 1).
La política de gobierno del gobernador del Quindío consiste en concentrar el mayor número de beneficios a las personas más cercanas a su gobierno, centrando el mayor presupuesto en la capital del Quindío, sin que los demás municipios puedan tener la oportunidad de recibir alguna migaja del pastel a distribuir. Lo digo, porque cualquier otro empresario de Montenegro, Quimbaya, La Tebaida pudo haber realizado los uniformes.
Y cuando los contratos están amarrados para las personas que ellos necesitan tener contentas, descartan otras propuestas, incluso si han presentado propuestas con valores económicos por debajo de los otros privilegiados. Para ilustrar con más precisión lo dicho, una cotización que llegó a las oficinas de la secretaria de educación decía: “camibuso escolar en tela pique tipo polo, con cuello y puño en lana del mismo tono de la tela, tallas variadas, incluye logo de la institución educativa estampado full color y 1 un logo de la gobernación del Quindío en posterior”, por unidad, incluyendo el IVA, a $59.500.
(Cotización más económica)
El fabricante que hizo la propuesta económica más baja, fue descartado. La secretaria de educación optó por la que le hizo la propuesta de $64.260 por unidad de camibuso, la más alta. Por lo evidenciado, tenemos un método de distribución del presupuesto público asignado de manera injusta e inequitativa. Aquí no termina todo.