Cerveza y vino de la mano
El párroco de la iglesia católica de Santa Catalina en Bruselas Bélgica, buscando convencer a sus feligreses para que no abandonen el templo, vende cerveza a la entrada de su edificio espiritual. El sacerdote sabe que los obispos siempre dicen que no tienen plata. El curita en convenio con una productora que le hace una especial, busca pagar los costos de la reparación de algunas de sus instalaciones y tampoco tiene plata porque la gente no asiste. Lo simpático de esta noticia es lo que todos conocemos, que la iglesia católica no tiene plata para nada, ni siquiera para pagar los arreglos de sus templos y deja que sean los feligreses los que se esculquen. Mire usted el caso de Circasia, que da pena que las autoridades católicas del Quindío, después de tantos años no hayan sido capaces de hacer una nueva o mandar a arreglar la existente. Eso sí, una vez reparada la iglesia por la comunidad, la iglesia seguirá pidiendo tributos y limosnas que de seguro no devolverán para arreglos. Catalina la santa, fue una irremediable optimista. Cuando hablaba de los pecados, solía decir: “Por mucho que el hombre esté inclinado a pecar, está Dios mucho más inclinado a perdonar”. Nosotros los terrenales sabemos que con unas cervecitas es más fácil pedir perdón, así sea a Dios. Cómo cambian las cosas con el tiempo: la cervecita por el vino de consagrar. Me quedó una pregunta sin resolver: la cerveza la vende el cura antes o después de la misa.
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No más abusos
La Corte Suprema de Justicia al resolver una tutela interpuesta por cuatro funcionarios de la empresa de telecomunicaciones de nuestros vecinos pereiranos, determinó el reconocimiento de los salarios reclamados y no pagados a los tutelantes. El caso es que estos trabajadores firmaron contratos de trabajo de lunes a viernes, 40 horas semanales. Hasta ahí no hay nada raro. Los trabajadores reclamaron que esta empresa de telecomunicaciones los ponía en turno de disponibilidad los sábados y domingos por si había algún daño y estos los debían reparar. Cuando el daño se presentaba, los trabajadores acudían y les cancelaban sus labores. Lo que demandaron los trabajadores fue por aquellas ocasiones en que estando disponibles, no podían hacer nada distinto a esperar atender los llamados de las telecomunicaciones y esa disponibilidad y esa espera debe pagarse porque están a órdenes de que en cualquier momento les llamen y si no acudían de inmediato, podrían perder el contrato de trabajo. Tremendo mensaje para las empresas periodísticas. Ojo pues.
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Solos y sin defensa
El plan de ordenamiento territorial es el plan o guía que deben seguir los ingenieros, planificadores y constructores en Armenia. Un procurador en el Quindío demandó (pidió) su revisión y aplicación y lo puede hacer. Con esa solicitud suspendió las licencias de construcción y las construcciones. Quietos todos. Sorprende que siendo una norma municipal, las autoridades de Armenia no hayan salido a defenderlo con la intensidad que se requiere, pues presumiendo su legalidad es como se han autorizado las licencias y las construcciones. Nada malo pasa con defender el plan de ordenamiento territorial y si son derrotados, pues se aplica la nueva norma y punto. Pero con ese silencio quedan desprotegidos quienes han invertido miles y millones de pesos para hacer desarrollo empresarial en el departamento. A la sociedad civil y comercial y empresarial hay que acompañarla en estos momentos. Háganle pues. Para eso fueron elegidos.
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La mula de Juan Valdés a Rusia
La falta de ambición de los futbolistas colombianos es notable cuando integran la selección nacional de este deporte. Son buenos posando, comprando cadenas de oro, aretes de diamantes, una grabadora con dos ayudantes para que se la ayuden a llevar y etcéteras de todos los etcéteras. Pues bien. En el partido contra la selección del Perú decidieron cambiar su forma de ser, de pensar y de jugar y con una alta dosis de amor propio y ganas de clasificar a un mundial de fútbol que es donde verdaderamente se miden y valoran sus capacidades, ofrecieron otra satisfacción a los millones de hinchas que tiene esta selección y este deporte en Colombia. Nos toca desearles muchos éxitos en esta nueva etapa de superación deportiva y nos toca nuevamente dejarnos crecer las uñas para los próximos partidos que ellos enfrenten, porque de seguro y seguro que así será, nos pondrán a hacer fuerza y a comer uñas, por millonésima vez. El colmo de nosotros, es que haremos la fuerza y acabaremos las uñas.