Quienes hemos transitado por los caminos del constitucionalismo en Colombia, nos encontramos con el título de nuestro libro magno “Constitución Política de Colombia”, que es en suma, un código de normas de conducta para vivir en medio de nuestros socios, o de la sociedad.
Nos dice pues dicho libro, que hay un código que “constituye” la “política” que debe ejecutarse en nuestra país para una sana convivencia. Y nos explica una cantidad de temas, separados en trece títulos y una buena cantidad de capítulos, que vale la pena leer y aprender.
Pero como todo mundo no está dispuesto siquiera a leer ese buen libro, tomamos de ahí una sola palabra, “política”, para contarles que ella habla de las políticas que deben ejecutarse en el país en materia de salud, de educación, del ministerio público, para el congreso, para la fiscalía, para los jueces, para el presidente y vicepresidente y en fin, políticas para cada cosa y para cada caso.
Aprovechando esta columna, ahora que se llegan las elecciones para elegir a quienes nos representarán ante el Senado y la Cámara de Representantes, es bueno que los lectores sepan que estos individuos van a hacer las próximas normas que señalarán los pasos que deben seguirse en temas como los impuestos, la salud, la educación, con mi convencimiento que la mayoría de estos congresistas no saben que este derecho lo da el artículo UNO de la Constitución cuando nos dice que “Colombia es un Estado social de Derecho”, es decir, que todas las normas que vayan a hacer estos señores tienen que beneficiar al conjunto de la sociedad, por eso se llama social de Derecho, normas que beneficien al conjunto de la sociedad.
Ningún candidato al Congreso podrá hablarnos de programas de gobierno, eso lo hace solamente quien es candidato a presidente, gobernador y alcalde. Pero no faltarán ahora los atrevidos y mentirosos a decirnos que es lo que van a hacer desde el Congreso. No pueden hacer nada distinto a normas y esas normas las cumplirán los jueces, los alcaldes, y el resto de funcionarios y ciudadanos para quienes vayan dirigidas esas normas.
Llamo pues a la reflexión. Tenemos la magnífica oportunidad de elegir bien. No propongo nombres porque aunque votaré, si me equivoco, que sea yo solo. Pero hay una cantidad de buenos candidatos a ser buenos legisladores. También hay unos CANDIDOTES a los que se les nota que de temas de Congreso no saben nada, no saben a qué van, no saben siquiera que proponer a sus bancadas y oírlos da pena ajena. Tampoco los señalaré públicamente. Pero si es importante escucharlos, leerlos y verlos, para que nos demos cuenta que de política saben nada. A esos es a los que se los come la politiquería, que llegan a esos cargos ofreciendo unos puestos y plata a cambio de unos votos, para que los elijan y los crean importantes. Los importantes se notan por sí mismos cuando empiecen a producir normas que mejoren a la sociedad en todos sus aspectos y cuando cumplan con el ejercicio para el cual fueron elegidos. De resto, pues para que los elegimos, cierto??. Esos no son importantes, entonces no les demos importancia.