Jota Domínguez Giraldo
La entrada: “Cuando la justicia gobierna, el pueblo de Dios se alegra”.
Comentábamos la semana anterior, a modo de anécdota, que la gran mayoría de los gobernantes actuales, una semana antes de las elecciones y en su calidad de candidatos se preguntaron, “y si ganamos la presidencia, la gobernación o la alcaldía, entonces ¿qué nos ponemos a hacer?”.
Los informes de gestión, los balances de cada año y los boletines inflados de prensa, con exageraciones de liderazgo, nos confirman cada vez más, que todos esos candidatos conocían a cada uno de los dueños de los votos de cada región, departamento o barrio, pero no conocían los problemas de cada región, departamento o barrio; simplemente importaba que los eligieran, así la región, el departamento o el barrio siga en las mismas o peor. Un presidente, 32 gobernadores y 1103 alcaldes nos dan la razón casi todos los días.
Y como en este país cada vez reemplazamos a los malos presidentes, gobernadores y alcaldes con otros candidatos, entonces desde ya estamos hablando de esos otros nuevos aspirantes y no solo hablando, sino que ya los están presentando en las marchas, bloqueos, plantones. Había que hacerse ver, incluido cuando llega la CIDH para que se conozca el descontento que tiene un grupo con un imberbe presidente, al que su preparación no le dio más que para ser un presentador de televisión. Se le fueron estos cuatro años a Duque, perdidos, escogiendo si le obedecía y daba gusto a Uribe y a sus partidarios o si éste creaba su propio partido con un montón de amigos y funcionarios novatos, ninguno con idea de lo que es ser funcionario del ejecutivo de un Estado como el colombiano. Qué barbaridad. Ensayos por aquí con amigotes, ensayos por allá con buenos para nada, ensayos por el otro lado con inexpertos y en fin, creyendo que un país se maneja como si fuera montando en una patineta. Si dijera que en patines, se caería. Y aparte de eso dejando que las “águilas” como Carrasquilla hicieran con el bolsillo de los colombianos lo que les diera la gana, para terminar armando y presentando al Congreso ese “despropósito nacional” como bien lo llamó Vargas Lleras, y por consecuencia vino una contundente respuesta de todos los inconformes en forma de polvorín, que todavía no se apaga.
Pero, de todas formas, hay que elegir nuevo presidente, nuevos gobernadores y nuevos alcaldes, aunque algunos tienen pendientes un ejercicio de revocatoria que muchos consideran hoy inconveniente. Para un caso como el colombiano, no podemos equivocarnos más, pues de verdad se siente como si estuviéramos tocando fondo. Y habrá que revisar si los votos de la vez pasada para presidente se mantienen como resultaron, pues resulta que Petro sigue invocando 8 millones de votos y Uribe sigue diciendo que tiene 10.4 millones de votos listos para mostrar. Ni lo uno ni lo otro.
Petro en Bogotá dividió a los sectores alternativos y no apoyó a Claudia López a la alcaldía y pese a que critica algunas posturas de Claudia, quiere que el Polo y Alianza Verde le apoyen su candidatura presidencial, respaldo con el que hoy no puede contar.
La salida de Ángela María Robledo del grupo de Petro, tendrá mucha bulla y seguramente afectará pues ella trajo votos de Alianza Verde que pudieron haber sido para Fajardo a la primera vuelta de Petro y ella goza de una gran empatía entre las mujeres lo que dejó sin piso vicepresidencial a Claudia López. La diferencia entre Fajardo y Petro en las primarias fue apenas del 5%.
En la segunda vuelta, Petro gracias a la señora Robledo tuvo a Mockus y a Claudia reforzando la segunda vuelta. Se dice que no estarán con Petro en lo que viene.
A la señora Robledo le piden estar en una consulta pre-presidencial en la Alianza Verde y soporta cualquier demanda porque Colombia Humana figura como un grupo significativo de ciudadanos y no como partido.
Tampoco estará con Petro, Jorge Enrique Robledo que ha decidido hacer su propio partido por “Dignidad”.
En cuanto al que diga Uribe, hasta hoy en la segunda vuelta no estarán Fajardo que con Humberto de La Calle, Juan Manuel Galán y otros, persisten en irse por el centro, desligándose de Uribe.
De manera que no se puede contar con los 10 millones de Duque ni con los ocho millones de Petro. Como diría don Emilio, “a barajar de nuevo”.
Y en esa barajada, primero deberán jugar los candidatos al Congreso, los unos a la Cámara y los otros al Senado. Y deberán estar los partidos suficientemente alineados para saber a quien apoyan a la presidencia. Es en las elecciones congresionales donde se elige al presidente.
Las elecciones presidenciales que vienen no tienen que asustar a nadie, pues ni Petro ni Uribe están hechos; tienen que volver a conseguir sus votos, aunque la propaganda para ese cargo ya la empezó Petro, equivocadamente, pues con la violencia lo único que hace es ganarse el repudio de los indecisos y de los moderados y todos le atribuyen a él los hechos violentos de estos días. Y tenemos a un expresidente Uribe que sabe que goza de la publicidad gratuita de todos los medios para poner como candidato al de su gusto, pues el presidente Duque aceitará todas esas máquinas de radio, prensa y televisión y la mayoría de ellos encubrirá todo lo malo del gobierno Duque y de Uribe y mostrarán todo lo malo de Petro, así no sea malo.
Por eso, lo que vemos ahora en las calles, avenidas, carreteras, marchas, plantones y bloqueos, es nada más y nada menos que el aviso de que es en el Congreso donde definirán la suerte de los colombianos y donde sabemos quien va a ser el próximo presidente.
No hemos hablado de Germán Vargas Lleras como candidato a la presidencia. Debe tener muchos detractores. Debe tener muchos enemigos. Muchos lo odian por su manera de ser. Pero entre todos los detractores, enemigos y odiosos, no hay uno más preparado y con mayor conocimiento del Estado que él y sobre todo más preparado que Duque, el que dijo ser buen piloto y que lo que mejor sabe, es conducir un programa de televisión. No da para más. En la farándula colombiana ya hablan de cambiarle de programa. Las elecciones presidenciales comienzan con las elecciones al Congreso de la República, dije la semana pasada y hoy lo repito. Si los candidatos no tienen los suficientes congresistas, no podrán pensar en ser elegidos presidente. Y con esa escondida que se metieron los que ahora están en el Congreso, vamos a ver cuántos de ellos intentan la reelección.
¿Cuántos y cuáles de ellos salieron en defensa de los colombianos en esta crisis que hoy tenemos, así fuera a defenderlos de los vándalos o de los disparos de la derecha?.
¿Cuántos y cuáles salieron a defender el bolsillo de los colombianos?.
¿Cuántos y cuáles salieron a defender a los pensionados a los que les iban a clavar impuestos solo por ser pensionados?.
Para no ir muy lejos, no pregunto por los congresistas de Colombia. Simplemente pregunto a los congresistas de aquí del Quindío, para saber en qué nos representaron. Vamos, que lo digan.
Aporte de los lectores: “No es necesario cerrar el Congreso; bastaría con ofrecerles el salario mínimo para que quede vacío”.
“Argentina: 2 goles y 2 horas perdiendo tiempo; Colombia 2 horas de sufrimiento y dos goles de pura rabia”.
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