Desentrañismos

22 abril 2018 3:11 am

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Oración: ayúdame a ser menos que nadie.

Secretarios de nada qué decir.

El sexto día de la creación fue la gota que rebozó la copa.

¿Hay un firmamento más inquieto que el mar?

Día a día los días nacen del vientre de la perennidad. Día a día los días se enferman de día hasta que del día mueren.

El agua es incolora, el poema es azul. Bebo el agua, escribo el poema. Bebo el poema, escribo el agua. En azul se diluye el agua, como la lejanía del mar, incoloro se torna el poema, como algo no escrito.

“Amo el gallo como si fuera un canario”: amor emplumado de amor.

Viento en el canto de la noche enflorecida de estrellas.

Bañista temeroso del océano, ahogándose en la cresta de una gota de rocío.

Somos ese yo de cada quien. Cada quien es nuestro ese yo. Es decir, pertenecemos a yoes inciertos. Así conformamos nuestro YO, desintegrado en toda su dimensión. YO, en el lupanar de la inconciencia. Despersonalizado, sin posibilidad de realizarse así mismo, sin facultad para expulsar el cada quien de ese yo.

La hambruna es política congénita, en sociedades donde prolifera la plaga politiquera.

Por alimentos transgénicos, irrumpen bisabuelos de monstruos humanos, en el árbol genealógico.

Amo la muerte, a las dos de un día de pedregal zumbando en mi memoria, transversal a la muerte misma.

Estar en la eternidad perdidos por un instante.

Agua de lluvia resbala por manos inéditas.

Física cuántica y matemática aplicada, comparten tiempo y células humanas, cuyo metabolismo evacua los instintos en bolsas plásticas, para luego arrojarlas en algún basurero de un universo análogo al nuestro.

Fanáticos con temor de que sus hijos hereden infarto, porque un golpe de mula le desprendió el corazón al Cristo de yeso.

Bocetos del léxico, balanceándose en el espacio del lenguaje, tras bastidores de la palabra.

Nuestra democracia es una falacia. O realidad… con colmillos de roedor.

Tener fe en la erótica del porvenir.

Inventarle enfermedades al amor, para luego acudir en su ayuda y convertirnos en salvavidas de la amada.

Miradas embriagadoras, son estrellas buceando en la respiración, ante la paradoja de un firmamento de cuervos.

De otras creencias escupen la cobra, representación de Cleopatra en el más allá. Sin embargo jamás lo hacen con el papa, sujeto al cual, de la noche a la mañana, le santifican su conducta terrenal, carne y huesos en orgia con la opulencia, de inexcusable escupir.

El viento carga en sus manos polvo, plasma arte rupestre en las playas del aire.

Ser osado, lanzar nuestra sombra contra la luz. Resquebrajarnos en infinidad de sombras, como si estuviéramos preparándonos para la sombra eterna, aquella que algún día seremos.

De la nada. Política de la nada. Religión de la nada, mientras me extasío con la almendra, saboreada por el sexo de tu boca.

Noche sexual, canto a la existencia, cuando vivimos nuestro universo ardiente, único himno nacional de importancia alguna, en mi vida.

Todo lo positivo es maravilloso. Por esto me propongo no ser negativo. Deduzco: uno menos uno igual a siete…

Que mis últimas alas, de la energía de mi existencia, me transporten hasta fundirme con la energía universal.

Un universo paralelo el mismo deseo de tener algo de comida en la alacena, igual anhelo de poseer una mujer voluptuosa, de escribir y dejar la página en blanco, a las cinco de la madrugada, para otro día por venir, ser colonialista y verter semen por cada conquista. En un universo paralelo querer manejar tiempo, espacio, materia para evitar lo trivial de dicho mundo.

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