¡Claro! divididos

Gilberto Montalvo Jiménez

Después del acto de entrega de avales a los aspirantes liberales quedó un tufillo evidente de división. Sandra Bibiana Aristizábal, Representante a la Cámara, se notaba incómoda y su indiferencia con Atilano Giraldo y Álvaro Arias no pudo ser más notoria.

El discurso más coherente fue el de Harold Vélez Correal por su reconocida fogosidad. Entretanto, las intervenciones en general fueron un chorro verborreico de lugares comunes.

Vergonzoso que el secretario general del liberalismo Jaime Jaramillo se limitara a desmentir versiones según las cuales se atribuye injerencia en el otorgamiento de los avales a la corrupción encarnada en Luz Piedad Valencia, jefe natural de esa colectividad en el Quindío. Acá muy pocos dudan de su mano negra en estás decisiones. Los politiqueros entre más tratan de aclarar más oscurecen los asuntos.

Fue una reunión limitada, ajena a las multitudinarias reuniones del otrora vigoroso partido liberal. Por ahora los más reconocidos liberales de vieja data han entrado en el natural desgaste y se les vino encima la edad del retiro forzoso.

Se esperaban disertaciones de fondo, por ejemplo, de Atilano Giraldo y de Álvaro Arias, pero fueron de un raquitismo y la tangencialidad fue el sustrato como fondo.

En suma, una pequeña reunión que dejó más preguntas sobre la notoria división, aunque Piedad Correal Rubiano hizo esfuerzos descomunales para desvirtuarla lo que por el contrario y a la final la dejó en clara evidencia. Muy pobre espectáculo.