Por Javier Ramírez Mejía
Durante estos 19 meses de pandemia en Colombia, y también en el mundo, se ha dado una discusión, en algunos casos superficial, pero en otros con mucha profundidad. Esa discusión se sitúa entre la pandemia y la economía. ¿Qué es más importante, detener a todo costo la pandemia, o permitir estados de tolerancia para que la economía siga su rumbo, aunque nos cueste más contagios y muertes? Personalmente creo que los extremos no son buenos. Por eso, considero que el gobierno y la sociedad deben trabajar unidos para que haya un justo medio que detenga el crecimiento del virus, pero que al tiempo no detenga el crecimiento de la economía.
Lograr ese justo medio no es fácil, pero tampoco es imposible. Nuestra propuesta es que la gran responsabilidad está en las acciones del gobierno y en la educación y cultura de la población. Para enfrentar la pandemia se hace necesario mantener una política fiscal expansiva, es decir, que el gobierno consiga los recursos necesarios para una adecuada inversión, cuidando eso sí que no se incremente demasiado la deuda pública.
Una mayor inversión para que el sistema de salud funcione como un relojito, se le pague oportunamente a todo el personal médico, se adquieran los elementos técnicos y tecnológicos para atender a los pacientes, se pueda tener suficientes medicamentos para evitar avanzar la enfermedad, y se siga en el programa de vacunación para lograr la inmunidad de rebaño.
Pero, esa expansión fiscal también debe reflejarse en la inversión del gobierno central en los territorios, que no dejen a municipios y departamentos solos en el proyecto de reactivación económica, pues, como bien se sabe, con mayor inversión podemos superar gran parte de los puestos de trabajo que se han perdido, como también superar en gran medida la pobreza que se ha profundizado.
En este sentido, el gobierno nacional debe apoyar a los municipios invirtiendo en las políticas sociales y de infraestructura para que la gente tenga mayores oportunidades de empleo y capacidad de compra, dinamizando así la economía, pero todo pasado por las medidas de bioseguridad que contemplan las normas
Adicionalmente, el gobierno tiene que mantener las medidas económicas y sociales tomadas en la emergencia sanitaria, como las ayudas de alivio a los empresarios y las ayudas a la población más vulnerable como ingreso solidario, jóvenes en acción, familias en acción, porque manteniéndolas, todas ellas ayudarán en la reactivación de la economía. Y, si desde el gobierno se hace inversión social y en infraestructura física, pues crece la capacidad de compra y ello ayuda a la demanda de bienes y servicios que reactiva a las empresas y, por tanto, ayuda a mejorar el empleo.
Al tiempo, y de eso nos estamos olvidando, es necesario no bajar la guardia con la vacunación y con las medidas de prevención de los contagios. Si nos descuidamos con una y otra, podemos volver a tener niveles altos de contaminación y tendremos que volver a confinarnos y la economía podría volver a ser golpeada.
De manera que, es necesario seguir alerta, atentos, no bajar la guardia, desde el gobierno, pero también desde las empresas, en la escuela, en la casa, en el sentir de cada ciudadano, actuar con responsabilidad frente a los anuncios de una cuarta ola de contagios, de la llegada de la variante Delta del Covid.19. Seguir la senda de la reactivación, sí, pero también seguir al pie de la letra las recomendaciones para evitar contagiarnos.