FUTURO
Diego Gutiérrez M. MD
Oh tierra, madre mía
descuartizada, yerta,
resquebrajada, triste
sin su color de antaño
herrumbrosos destellos
despide tu silueta
y olor a caos y muerte
exhalan tus entrañas.
Los árboles que un día
de verde se adornaban
su macabro esqueleto
son su radiografía
la savia endurecida
cual veneno funesto
ya ni los musgos buscan
prefieren estar muertos.
Las flores sin sus pétalos
estambres y pistilos
perdieron sus colores
su brillo, su hermosura,
macilentas y agónicas
inclinan sus corolas
ya no zumba la abeja
ni el colibrí ni el aire.
Y vemos a lo lejos
el cauce moribundo
que otrora fuera un río
tortuoso y cristalino,
olores nauseabundos
sulfúricos y rancios
inundan inclementes
aquello que fue aire.
Sin luces y negruzcos
los mares se desplazan
se fueron los colores de bancos de corales
las algas se murieron
los peces se extinguieron
y algunos protozoos
buscan seguir viviendo.
Ya no hay azul ni luces
allá en el firmamento
con agujeros negros
y espesas nubes grises
no hay truenos ni tormentas
solo un calor terrible
la tierra moribunda
se desespera y gime.
Silentes, vagabundas, dos sombras peregrinan
mirando hacia lo lejos
sin aliciente alguno,
no tienen un destino
son nómadas sin rumbo
qué en épocas de antaño
tuvieron otro mundo