DESAPRENDER TAN RELEVANTE COMO APRENDER

15 marzo 2021 6:01 pm

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Por: Luis Guillermo Velásquez López

MPEP. Pensamiento Estratégico y Prospectiva

En mi plan de vida tenía claro que esta no terminaba a los 65 y para entonces concluí una maestría en pensamiento estratégico y prospectiva; por supuesto muchos reconocimientos. No obstante, fue un proceso muy significativo para desaprender asuntos y teorías, que si bien fueron parte de la formación en el pasado, su aplicación en la actualidad resultaba añosa y poco aportaban a la nueva realidad económica, social y empresarial, en un mundo digital trazado por inmensas desigualdades, presiones sociales y ambientales.

Se anuncia una nueva reforma tributaria y por supuesto vendría bien relevar las teorías acerca de como equilibrar las finanzas para atender el déficit fiscal. Escuche con atención los argumentos para justificar esta iniciativa de ajuste fiscal, nada diferente a las políticas puestas en marcha por los otros países para afrontar la emergencia social y económica desatada por la pandemia.

Durante mis actividades como consultor, en repetidas ocasiones los empresarios me exponían sus dificultades financieras como un caso de deuda o bien de reestructuración de la misma, sin embargo; en distintas oportunidades les decía que era una equivocación pregonar que las obligaciones de crédito se pagaban con más dinero, allí no estaba la dificultad; ésta se originaba en la gestión del entorno, del éxito de sus estrategias en el mercado en donde finalmente estaba el dinero para atender sus compromisos.

En ese sentido lo primero era ajustar la empresa a su realidad del entorno y éste es justamente el mensaje. No es prudente en una economía debilitada con unos ingresos laborales disminuidos en más del 30%, con una tasa de desempleo que se acerca al 20% en las principales ciudades del país, al tiempo que la informalidad laboral ronda la cifra del 50%, además de un registro aterrador de más 500.000 negocios cerrados al cierre del año 2020, son algunas de las secuelas derivadas de la parálisis a la cual fue sometida la humanidad sin distinción alguna.

El foco de la solución no está en capturar recursos de manera expedita a corto plazo, eso sería una ingenuidad institucional, un factor más de polaridad, por lo tanto, ésta vía resulta incomprensible. Es necesario desaprender esas teorías fiscales de antaño y centrar los esfuerzos en robustecer la economía, en apoyar las empresas, aún la demanda continúa deprimida y cargas adicionales a los empresarios, contribuyen a escenarios de inviabilidad y en consecuencia a la debilitación del tejido empresarial y el aplazamiento de la generación de empleo.

Las calificadoras de riesgo no solo centran su análisis en la cantidad de impuestos a recaudar y de cómo morigerar el déficit fiscal, sus análisis son más integrales y sin duda existe un espacio para encontrar otras fuentes para atender el desbalance de las cuentas públicas.

Por fortuna el precio del petróleo se convierte en un baluarte fundamental, de allí se desprenderán recursos para sortear las dificultades que, junto a los buenos precios del café contribuyen al equilibrio de las cuentas nacionales. De manera paralela la operación de la venta de ISA, la cual por fortuna se encuentra en una fase de valoración y revisión por parte de Ecopetrol, congregan recursos para atender la situación; además de otras opciones como el control a la evasión, la intervención a las transacciones en efectivo, las múltiples excepciones tributarias y por supuesto una profunda revisión del gasto público.

En la exposición del plan financiero para el año 2021, no se apreció de manera alguna las contingencias al erario público, era previsible su no presentación; me refiero al mayor desangre, la corrupción entendida ésta como un gran costo social, un carcinoma que atenta contra los pilares de la institucionalidad.

Algo si es claro y supera de lejos los asuntos meramente financieros; es el nuevo contrato social que está por construir. En un escenario de necesidades crecientes y carentes de oportunidades; los modelos de rentabilidad excesiva no son sostenibles en el resto de la historia que nos espera por construir; esa es la génesis de la indignación actual, más temprano que tarde, la acumulación de fortunas y poder se encontrarán con el reclamo universal de las oportunidades; éste es el verdadero reto de gobernanza que debe ser atendido.

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