Por Felipe Villamil
Armenia es una ciudad con mucho potencial, con una ubicación estratégica, un lugar agradable para vivir, con amplia biodiversidad, con buenas instituciones educativas, con muchas bondades. Eso y mucho más me hace sentir orgulloso de vivir aquí y enamorarme cada día de esta ciudad de gente buena, trabajadora, humilde y resiliente; capaz de levantarse a pesar de las adversidades.
Quiero que cuando sea mucho más adulto, las próximas generaciones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes vayan a jugar a los parques, caminen la ciudad, estudien aquí, se sientan orgullosos de vivir en Armenia, amen nuestra ciudad, que la encuentren con más oportunidades; verde, limpia, con buenos gobernantes, con cultura ciudadana, con el compromiso por parte de cada uno de sacarla adelante, una ciudad que no nos dé igual.
Sin lugar a duda, los retos que se avecinan son muchos y, aunque el camino no se muestre esperanzador, somos nosotros los ciudadanos los encargados de cambiar la historia, de sacar adelante nuestra ciudad y luchar día a día por ella para tener un mejor futuro para todos.
Todos sabemos que tenemos derechos, amparados por estándares internacionales que han sido adoptados por varios países, y de igual manera en cada uno de los territorios, donde cada vez es más claro el panorama y las normas existentes que nos permiten defender y hacerlos valer; por tanto, los reclamamos y pedimos a través de todos los medios para garantizar su cumplimiento.
Pero olvidamos que tenemos deberes como ciudadanos, los cuales también están enmarcados en la ley, es allí donde radica el problema, pues exigimos, pedimos y solicitamos, pero poco o nada hacemos para que las cosas cambien, se den o mejoren. Nos quedamos esperando que haga el gobernador, el alcalde, el concejo, la asamblea o los representantes, cuando el deber para que esto cambie es de todos, debemos trabajar unidos para sacar adelante esta ciudad.
Más allá de las críticas, comentarios en redes sociales e indignación ciudadana debemos pasar a la acción, entender que esta transformación y cambio lo debemos dar cada uno de nosotros con hechos desde nuestro entorno que mejoren las condiciones de la ciudad y de cada uno de los ciudadanos.
Por eso la invitación es a que recuperemos a Armenia, cada uno desde nuestro rol con control político, control social, veedurías, participación activa en las sesiones del concejo y la asamblea, asistiendo a las rendiciones de cuentas, asistiendo a los diferentes espacios de participación y siempre con una posición participativa y propositiva.
Debemos ser buenos ciudadanos, dar ejemplo con acciones, primar lo colectivo por encima de lo particular, hacer valer los valores y principios, solo así recuperaremos a Armenia.
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